MADRID 8 Feb. (OTR/PRESS) -
Se nos han lanzado a una carrera de promesas sin fin y, temo, sin tino. Rebajas fiscales solo para mujeres. Cuatrocientos euros para casi todos, excepto los que más lo necesitan. Plantar quinientos millones de árboles nuevos, que salen a casi quince mil por hora, en cuatro años. No sé si a usted lo ocurre lo mismo, pero yo ando bastante desconcertado: ya ni recuerdo quién propuso lo de los árboles, si Rajoy o Zapatero, o el regalo de unos cientos de euros a unos pero no a otros, si Zapatero o Rajoy. Olvidé apuntar tanta oferta en la libreta de páginas inacabables y efímeras.
Temo que ninguno de los dos logrará despegarse del otro a base de seguir con esta loca carrera de 'todo a cien', plena de cosas tantas veces incumplibles. Me parece que los electores quieren programas sólidos, bien pensados, realistas y que piensen en el bienestar de la ciudadanía, no meramente en tomar por asalto las urnas.
Me sobra el chalaneo y me faltan apartados que tengan que ver con la profundización de la democracia -lo de las listas desbloqueadas queda, como siempre, para otro día, por ejemplo- o propuestas creíbles que tengan que ver con la solución de problemas que se van enquistando.
Pero, en fin, a falta de eso, buenos serán los nuevos arbolitos. Lástima que nadie diga cómo, al tiempo, detener la progresión incontrolada de los ladrillos y el cemento, que tantos bosques derriba.
Fernando Jáuregui.