MADRID 21 May. (OTR/PRESS) -
Me dicen que el lehendakari regresó a Vitoria desde La Moncloa con aire triunfal: ha puesto los puntos sobre las íes 'en Madrid', piensa y le piensan. Seguramente, el encuentro entre Zapatero y él fue mucho menos tenso de lo que lo escenificaron, pero también me parece muy probable que ni haya entendimiento ahora ni vaya a haberlo en un próximo futuro. En estas circunstancias, Ibarretxe elige siempre el 'raca-raca' con el que los humoristas y los despreocupados simbolizan la tozudez del inquilino de Ajuria Enea: es decir, intentará llevar a cabo su consulta, tan imprecisa todavía a estas alturas, contra viento y marea. Y luego, quién sabe.
Preveo que, si sigue así, perderá las elecciones que él mismo va a convocar anticipadamente. Yo apuesto mucho más, en estos momentos, por un acuerdo de gobierno entre socialistas y populares -aunque a saber con qué populares- vascos que por el mantenimiento del actual tripartito de gobierno. La gente, en Euskadi, parece estar bastante harta y no responde ya como antes a los llamamientos patrioteros, de patria chica, a veces demasiado chica. En el País Vasco, como en todas partes, las prioridades son otras: seguir viviendo bien como hasta ahora y que ETA deje ya mismo de ser la pesadilla que es desde hace cuarenta años.
Lo demás viene después, aunque Ibarretxe siga poniendo el carro delante de los bueyes, y conste que está dicho sin la menor mala intención. Ahora sí que Ibarretxe se la está jugando, y Zapatero lo sabe; por eso actúa como actúa.
Fernando Jáuregui.