MADRID 26 May. (OTR/PRESS) -
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Y, mientras, sigue la incógnita acerca de quiénes serán los 'hombres y mujeres fuertes' en torno a Rajoy en el cada día más importante congreso valenciano. Algo ha quedado, al menos, despejado: contrariando algunos rumores, Alberto Ruiz Gallardón no será el próximo secretario general del partido. El propio Mariano Rajoy lo dijo claramente, al asegurar, en una entrevista ayer, que el secretario general futuro del PP "tiene que ser una persona que se dedique 'full time' al partido". O sea, que el alcalde de Madrid no reúne el requisito. ¿Quizá será nombrado vicesecretario general? El presidente del PP no suelta prenda acerca de quién será su 'número dos'. Ni sobre Esteban González Pons -que es una de las apuestas más frecuentes-, ni sobre Pío García Escudero -que no quiere, aunque tampoco es mal candidato-, ni sobre la castellano-manchega Dolores de Cospedal, ni sobre el andaluz Javier Arenas, ni sobre Miguel Arias-Cañete, ni sobre Juan Carlos Vera, ni sobre Ana Mato, ni sobre Jorge Moragas, ni... Acerca de todos ellos se hacen estos días cábalas, se especula con ventajas e inconvenientes, mientras la esfinge Rajoy guarda silencio y los nervios se acrecientan.
¿Qué pasos piensa dar ahora el hombre que concita todas las miradas? Quién sabe; Rajoy saca a pasear sus dotes de persona imprevisible. Le piden que suprima los avales necesarios para que se presente otra candidatura al congreso, le ruegan que salga a contestar a quienes le atacan, a explicar su versión sobre el 'caso San Gil', que aventure cuál es la mano que mece la cuna... La verdad es que Rajoy no cuenta muchas cosas, fomenta los interrogantes, maneja sus silencios y sus tiempos, quién sabe si sabia o erróneamente. No quiere más aventuras que aquellas en las que ya está embarcado, que no son pocas. Así que no espere usted movimientos espectaculares por su parte ni declaraciones escandalosas.
Mariano Rajoy ha decidido no dejar de ser el hombre prudente y tranquilo que siempre ha sido. Pero, al tiempo, ha abandonado sus ancestrales temores a la confrontación. Yo que sus adversarios internos comenzaría a inquietarme.
Fernando Jáuregui