Rajoy también tiene conejos en la chistera
MADRID, 16 Ene. (OTR/PRESS) -
Filtrando que Manuel Pizarro entra en las listas, tan celosamente guardadas, del Partido Popular, Rajoy se ha apuntado un tanto y ha demostrado que tiene conejos en la chistera. Que no es un esclavo de las pugnas internas, tan absurdas a veces, entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Ahora tiene que demostrar autoridad ante un Eduardo Zaplana que tanto ha ninguneado, desde su puesto de responsable del grupo parlamentario -esencial en un partido de oposición- al entorno más directo de Rajoy: Miguel Arias, Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Gustavo de Arístegui, Federico Trillo. Todos los anteriores son los nombres clave para saber por dónde irá la política de Mariano Rajoy si gana las elecciones.
La presentación de las candidaturas será el gran momento de Mariano Rajoy. En mi opinión, y contra lo que dicen los más acérrimos 'esperancistas', el PP no puede dejar fuera de sus listas a alguien tan valioso, que arrastra tantos votos, como el alcalde de Madrid. Hay una pugna soterrada en la capital, quién sabe si por hacerse un hueco por la sucesión de Rajoy si las cosas van mal. Ya se sabe que Gallardón -que dicen que es el Sarkozy español, aunque a su modo- aspira a ello, y lo dice más o menos claramente; de Aguirre no estoy tan seguro, pero ya se sabe que un político es él y quienes le rodean y adulan, y muchos de ellos sí quisieran ver a 'su' Espe sentada en La Moncloa, por lo que tratan de impedir que Ruiz Gallardón, que es la competencia, ocupe un escaño. Así, sin más; todo lo restante, como esas alegaciones de que un alcalde no puede ser diputado, son pretextos.
Tiene que cortar ese nudo gordiano Rajoy. Quién sabe lo que deparará el futuro tras el 9-m, pero ahora lo que importa es jugar al corto plazo y pensar en ganar en la carrera de las urnas. El presidente del PP, que siempre me ha parecido una persona capaz y moderada, no puede dar la sensación de ser prisionero de talibanes mediáticos, de falsos líderes de la sociedad y de personajes que, en su propio partido, se alzan con banderas propias. Con la incorporación de Pizarro, que ya casi nadie esperaba -ni siquiera en la alturas del PP- tras la aceptación del ex presidente de Endesa de una consejería en Telefónica, Rajoy se ha apuntado un tanto personal. Pero no puede ser el único, ni el último. Ardo en deseos de ver cómo resuelve el lío de las listas. De ello puede depender en buena medida su victoria o derrota en estas elecciones tan importantes.
Fernando Jáuregui