La belleza que se lleva

Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 12 julio 2007 16:38

El verano es tiempo de exhibiciones. Pero no todas son bellas. En la calle, en las piscinas, en las playas, en las noches locas el que más y el que menos enseña lo que durante el invierno ha mantenido a escondidas. Así que algunos y algunas hacen dieta dos meses antes y otros se encuentran con la sorpresa de que no les entra el bikini o el traje de baño y, aunque lo intentan, no pueden meter tripa todo el tiempo. Eso no hay quien lo aguante más de 30 segundos pero, si se fijan bien en la piscina o en la playa, algunos desfilan sin respirar. Luego cuando se sientan dejan que todo lo escondido aparezca y hasta se desmorone.

Algunos y algunas no tienen ningún problema y enseñan exuberantemente todo lo que tienen sin miedo al ridículo. Estómagos desbordados incontenibles en pequeñas camisetas, escotes de vértigo para ir a trabajar, faldas que parecen cinturones, ropa interior no siempre bella escapando de unos pantalones o faldas casi por las rodillas... Todo un espectáculo. Las clínicas de medicina y cirugía estética hacen su agosto en junio, en julio y hasta en agosto en España, uno de los países donde más se abusa de la cirugía cuando la medicina preventiva hubiera podido solucionar casi todos los problemas. Pero no somos los únicos que dedicamos mucho más tiempo al culto al cuerpo, aunque sea intensivo, que a cuidar el espíritu. Las liposucciones y el botox son entre nosotros como la aspirina.

Algunas celebridades se estiran tanto que parecen de pergamino y ni ellas mismas se reconocen cuando se miran al espejo. Claro que, aunque no hace falta en muchos casos, casi ningún cirujano o médico estético españoles cuentan quiénes son sus clientes. Fuera de nuestras fronteras, y por un pequeño o no tan pequeño cheque, aceptan revelar que Nicole Kidman, Demy Moore, Jennifer Aniston o Brad Pitt y muchos más son adictos a la ceremonia de la jeringuilla. La estupidez de algunos por no tener una arruga alcanza a muchas jovencitas y jovencitos de 20 o 22 años que acuden a las consultas para botoxearse. Habría que decirles que la belleza no está sólo en la piel sino en el cerebro. Algunas, como Paris Hilton, que todavía no necesitan inyectarse nada, tampoco tienen nada que enseñar. "Hacer el equipaje lleva mucho tiempo y es agotador, aunque los estilistas me ayudan a elegir la ropa que llevo", ha dicho Paris. ¡Qué maja!

Hay que empezar por los jóvenes y convencerles de que la belleza está siempre más dentro que fuera. Lo que pasa es que unos no trabajan para que salga y otros nunca quieren pasar de la superficie.

Francisco Muro de Iscar.

francisco.muro@planalfa.es

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