Actualizado 22/02/2008 01:00

Francisco Muro de Iscar.- Me gusta, no me gusta

MADRID 22 Feb. (OTR/PRESS) -

No me gusta el tono virulento de la campaña electoral ni su duración: casi cuatro años y unos últimos meses para el olvido. Y eso que la campaña empieza ahora... No me gustan los políticos que insultan, que excluyen, que amenazan, que segregan, que mienten. No me gusta que se defienda la implantación de la asignatura de educación para la ciudadanía y nos convoquen permanentemente a la intolerancia. No me gusta que grupúsculos de universitarios se especialicen en impedir por la fuerza y la violencia la intervención en sus aulas de políticos y que el resto de la comunidad universitaria guarde silencio, a veces, cómplice y casi siempre cobarde.

No me gusta que algunos políticos se agarren al cargo y no sepan irse a tiempo a casa. No me gusta que el más alto tribunal español reconozca que unos señores han cometido el delito de estafa, cambie las reglas y les libre de consecuencias penales y que muchos ciudadanos sientan que la justicia no es igual para todos. No me gusta el sectarismo, de un lado y de otro, de muchos medios de comunicación y de muchos periodistas. No me gusta que políticos con historia y sin ideas, y otros sin nada detrás, aprueben vídeos electoralistas, en los que se queman imágenes de los Reyes, se agrede a personas, se fomenta la violencia o se insulta y descalifica. No me gusta el canon.

Me gustan los debates entre candidatos, los partidos que intentan acabar con el "y tú más", los que tienen y presentan sus programas, los que buscan el acuerdo frente a la diferencia, los que tienen sentido de Estado, los que no dicen lo contrario cuando están en el poder y en la oposición... Me gusta y me da sana envidia la forma de elección de los candidatos en Estados Unidos: las primarias, la necesidad de bajar a la arena de verdad, de debatir, de defender propuestas ante los ciudadanos, de poder cambiar el sentido del voto a pesar de ir veinte puntos por detrás en las encuestas...

Me gustan los periodistas libres, los que creen en las personas antes que en las ideas, los que no tienen carné, los que, desde la izquierda, la derecha y el centro, defienden la libertad de todos y son capaces de reconocer errores y aciertos en cada bando. Me gusta que, a pesar de todo, mi voto, y el de cada uno de los ciudadanos, puede cambiar el sentido de la historia y que, en democracia, nunca está nada definitivamente escrito.

Francisco Muro de Iscar.

francisco.muro@planalfa.es

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