Actualizado 09/05/2008 02:00

Francisco Muro de Iscar.- Pasillo y goleada

MADRID 9 May. (OTR/PRESS) -

Como el Barça al Real Madrid. Dicen que esta Liga, la de fútbol, más que ganarla el Madrid, la han perdido los otros equipos y sobre todo el Barcelona, metido en una crisis de presidencia, de entrenador, de jugadores y de juego. Los jugadores barcelonistas que mandaron en el fútbol español hasta hace muy poco se arrastran por el campo, se borran de los partidos de compromiso, anuncian su marcha o su despedida y venta, y algunos, incluso, se muestran en un estado deplorable de forma.

No "tocan bola" ni en los entrenamientos. El Barcelona está obligado a recomponer toda su estructura y encontrar de nuevo un estilo propio. Algunos escriben que en circunstancias similares murió el "nuñismo" y que el "laportismo" que entró con ganas de cambiar la historia, y casi lo consigue, está ya agotado y debe dejar paso a otros.

En política las historias son parecidas, pero no siempre iguales. El PSOE viene quejándose desde hace cuatro años de que el PP no le hizo el pasillo cuando ganó las elecciones de 2004. No se lo ha perdonado En esas fechas, el PP cambió de presidente, aunque mantuvo al equipo técnico, lo que para muchos fue el principal error. Desde entonces, todo lo que ha intentado le ha salido regular o mal. Sigue siendo el segundo, es cierto que no parece tener riesgos de que le arrebaten esa plaza, pero del segundo no se acuerda nunca nadie.

El PP anda con problemas de presidencia, que ha cesado -de "mutuo acuerdo"- al equipo técnico, pero que no ha nombrado sustituto. Los jugadores y los socios no saben qué piensa hacer el presidente y aunque éste ha convocado Junta general, ya anuncia otra para dentro de tres años, que podría dar un vuelco a lo que en junio se apruebe. ¡Qué follón! Lo que queda, lo que sabe la gente, es que el vestuario está nervioso, que los jugadores hacen declaraciones intempetivas en los periódicos, que algunos no se hablan, que cuando salen al campo no saben a lo que juegan, y que se percibe la impotencia y la inseguridad. Así no se gana un partido ni con suerte.

Aprovechando el desconcierto, el equipo contrario anuncia cambios en las reglas de juego: reforma constitucional, reforma de la ley electoral, y medidas laicistas, un cambio político y social que puede acabar consiguiendo lo que hace años anunció Alfonso Guerra: "a este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió". Zapatero, ayudado por la vicepresidenta y alguno más, es como una apisonadora. Apunta y no varía el objetivo. Ni olvida ni perdona. Y está convencido de que hay que rematar al rival, no dejar que se recupere. Así que aprovechando el caos en las filas rivales, como el Madrid hizo con el Barcelona en el Bernabeu, mejor un 4-1 que un 1-0. Y si hay ayudas arbitrales -y tenemos pendiente la otra batalla del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial- pues no pasa nada. Al final nadie se acuerda tampoco del árbitro. Lo dicho, pasillo y goleada.

francisco.muro@planalfa.es

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