Actualizado 30/11/2006 01:00

Isaías Lafuente.- El día en que cambió la Historia

MADRID 30 Nov. (OTR/PRESS) -

El Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad pedir al gobierno que declare el 1 de diciembre como Día del Sufragio Universal. La fecha recuerda el día en que se aprobó la Constitución de la II República, hace justo 75 años. En aquella jornada se resolvieron los últimos flecos del texto, entre ellos, una disposición transitoria que pretendía aplazar el voto de las mujeres, que ya había sido consagrado en el articulado. Los tenaces opositores al sufragio femenino no cejaron en su empeño hasta el último minuto y la granítica diputada republicana, Clara Campoamor, tampoco. La disposición fue rechazada por tan sólo cuatro votos y con la abstención de la mitad de los diputados de la cámara, lo que engrandece la hazaña de esta mujer abandonada en el momento crítico por los compañeros de su partido y de las otras grandes formaciones republicanas.

Aquel día 1 de diciembre de 1931 cambió la historia de España. Clara Campoamor consiguió el reconocimiento del sufragio femenino, es decir, hizo que nuestro país fuera por primera vez en la historia una democracia plena. Seguramente si el logro lo hubiera protagonizado un hombre ya le habríamos levantado un monumento junto a los leones de las Cortes, pero ya sabemos lo que cuesta que un país como el nuestro se sienta concernido por los asuntos de las mujeres y valore con justicia los logros protagonizados por ellas. Clara Campoamor no fue ni la primera ni la única mujer que luchó en nuestro país por conseguir el sufragio, pero a la vista de cómo se desarrollaron los acontecimientos no es arriesgado pensar que sin su presencia en aquellos memorables debates, en los que actuó como voz de la conciencia democrática, las mujeres habrían visto de nuevo aplazado su derecho.

La Transición española instaló en el subconsciente colectivo la idea de que la democracia llegó a nuestro país con la Constitución de 1978. La ola de revisionismo histórico que tenemos que soportar, que de manera falaz etiqueta la República como un engendro, contribuye a reforzar esta idea. Y ya iba siendo hora de que este país colocase las cosas en su sitio. La República, con sus luces y sus sombras, fue el momento en el que nuestro país salió de los rincones de la historia para situarse en la cabeza de los países que tomaban el camino de la democracia.

Nuestros niños y niñas no pueden memorizar fechas como el 12 de octubre, el 18 de julio o el 6 de diciembre e ignorar otras como este memorable 1 de diciembre. Tampoco es lógico que conozcan más a la nieta bailarina del dictador que arrasó la democracia que a la mujer que luchó contra todo y contra muchos para lograr en nuestro país la igualdad plena entre hombres y mujeres.

Isaías Lafuente.

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