Actualizado 17/01/2008 01:00

José Cavero.- Aguirre y Aznar: primera victoria en la sucesión de Rajoy

MADRID 17 Ene. (OTR/PRESS) -

El fichaje de Pizarro, espectacular sin duda, ha sido "machacado" a las pocas horas por el "desfichaje" de Gallardón. Definitivamente, el PP se ha encerrado en una crisis grave, de resultados imprevisibles, pero probablemente nada buenos. ¿Cómo se llega a este punto?. No hay demasiadas sorpresas: la pelea de Esperanza Aguirre contra Alberto Ruiz Gallardón ya dura años, y Mariano Rajoy nunca ha querido intervenir ni resolver la cuestión. Entre otras cosas, porque lo que uno y otra no le habrían contado con claridad que ambos estaban peleándose por sucederle en la presidencia del PP cuando pierda, como parece probable, las elecciones del 9 de marzo.

De manera que ahora, en un momento inadecuado e inconveniente para el principal partido de la oposición, se han precipitado los acontecimientos, justamente en vísperas de hacerse públicas las listas de candidatos del PP, en las que Rajoy debía decidir si incorporaba o no a Gallardón en las listas del PP por Madrid, para que acceda al congreso de los diputados. Rajoy, finalmente, en sesión tensa y solemne, con la presencia del secretario general Acebes, y consultados los dos contendientes, planteó la cuestión: "Gallardón, no irá usted en esa lista por Madrid porque también aspira a estar en ella esperanza Aguirre. Y con la amenaza de que abandona la presidencia de la Comunidad de Madrid", pudo haberle dicho Rajoy. Oído lo cual, fue Gallardón el que ofreció su abandono de la alcaldía y de la política en su totalidad..., una vez termine el actual proceso electoral. ¿Se acabó la confrontación? Es posible que muchos suspiren de satisfacción amenaza con irse el progresista Gallardón, de modo que Aguirre y su línea oficial, la línea "dura" del partido, ya no tendrán contrapeso de ninguna especie.

Con Aguirre se han ido alineando en los últimos días, para evitar la presencia de Gallardón en la lista de candidatos del PP por Madrid, desde el "resucitado" Cascos hasta el ala más dura del partido, representada en Acebes, Zaplana, y en la sombra, el gran líder que sigue ejerciendo, José María Aznar. Quien, por cierto, obtendría importantes beneficios "gananciales" si abandonara la política y la alcaldía Gallardón: su sustituta sería Ana Botella, hoy concejal de Asuntos Sociales. Y de paso, como ya no hay que colocar a Gallardón ni a Aguirre, Rajoy ve resuelta la acumulación de candidatos "a salir" diputado: tendrán cabida en la lista personajes controvertidos como Eduardo Zaplana, y por supuesto, el flamante número dos, Manuel Pizarro.

El muy brillante fichaje de Pizarro se ve, consiguientemente, oscurecido o empalidecido y acaso anulado por la batalla de Madrid y sus víctimas y vencedores. Con bastante probabilidad, hay un par de vencidos muy claros, Gallardón y su centrismo, y hay toda una línea de profunda satisfacción en el ala más dura y conservadora del Partido Popular, que ve alejarse al "enemigo interno" Gallardón. ¿Y Rajoy? El desgaste que padece es importantísimo. El acierto de su fichaje de Pizarro queda deslucido, y hasta anulado, por el eventual abandono del alcalde, el político de mayor prestigio nacional, según muchas encuestas.

José Cavero.

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