Actualizado 26/06/2008 02:00

José Cavero.- Chaparrón de pésimos datos económicos

MADRID 26 Jun. (OTR/PRESS) -

Definitivamente, estamos en plena y severa crisis económica. Superada la controversia sobre las denominaciones, sobre si es crisis o desaceleración, si es cambio de ciclo o ajuste económico, los datos que nos vienen encima, según los responsables de la asignatura Economía y Finanzas, son serias amenazas, y agravarán los datos relativos, sobre todo, al crecimiento económico y al paro. Ya es sabido que una cosa conduce a la otra, y que cada disminución de un punto en el PIB, Producto Interior Bruto, equivale al incremento automático de doscientos mil empleos netos.

Con esos datos, el ministro de Trabajo, Celestino Camacho, llegaba a pronosticar para el año que viene una tasa de desempleo en torno al once por ciento, a partir del 9,6 por 100 actual, lo que supondrá que la cifra de parados, el próximo año, se elevará hasta los dos millones y medio. Y para completar este funesto dato, hay otros más: La caída de la recaudación fiscal, que fulmina el superávit. El superávit se reduce un 80 por 100 y la recaudación de las empresas cae un 20 por 100; los benéficos de las sociedades resultan negativos por primera vez desde hace cinco años, El IVA del consumo interior decreció casi un 32 por 100.

La venta de pisos se desploma un 32 por 100 en el primer trimestre... Incluso Pedro Solbes, generalmente optimista, ha abandonado estos tonos para sumarse a consideraciones más negras: la congelación del sueldo de los altos cargos sólo tiene efecto psicológico, el IPC cerrará este año en el 4 por 100, y la paga de los 400 euros no sirve para frenar la fuerte caída de la economía, señala. Dice también el vicepresidente que el crecimiento de la economía no llegará al dos por ciento este mismo año, y que la riqueza nacional crecerá aún menos el año que viene. Podrían revisarse esas previsiones, ahora mismo establecidas en el 2,3 por 100, a la hora de elaborar los presupuestos Generales del Estado. Junto con las voces gubernamentales de Corbacho y de Solbes, hay otra voz del estado, la del gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, no menos grave y preocupante, que invita a tomar medidas. "Nos jugamos que el ajuste sea largo y costoso y tenemos que evitarlo", dijo refiriéndose a las 21 medidas expuestas la víspera por el jefe del Gobierno, probablemente insuficientes. "Van en la buena dirección", dijo, si bien animó a los agentes sociales y grupos políticos a hacer aportaciones que las hagan más ambiciosas, particularmente en el terreno laboral, al señalar que "resulta apremiante reforzar los incentivos a la búsqueda activa de un puesto de trabajo, fomentar la generación de empleo estable y facilitar la movilidad geográfica y sectorial de los trabajadores a través de las reformas pertinentes". Y pidió, sobre todo, reformar el sistema de negociación colectiva para que no estén tan vinculadas las alzas salariales a la inflación. Es éste uno de los temores de la Administración: que las alzas salariales terminen de arruinar las expectativas de las empresas, ya sumamente debilitadas...

Así las cosas, no sorprende que los partidos del Congreso, todos a una, forzaran a que el Jefe del Gobierno comparezca en el Pleno de la próxima semana para explicar las medidas que su gobierno piensa adoptar para afrontar la crisis económica, un paquete de reformas que al propio jefe de la Oposición, Mariano Rajoy. Le parecen insuficientes y hasta "una broma", aunque el PP declara que quiere ayudar al Gobierno a salir de la crisis con críticas constructivas y propuestas más concretas y ambiciosas. En el PSOE preocupa la soledad a la que le está conduciendo al crisis económica: en pocos días se ha visto "solo contra todos" y crecientemente preocupado por una eventual aproximación entre PP y CiU...

José Cavero.

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