MADRID 24 Sep. (OTR/PRESS) -
ETA ha vuelto a matar en Santoña, después de haberlo intentado en Euskadi, y los políticos nos ofrecen la imagen de unidad. Los discursos de Zapatero y de Rajoy con coincidentes en la necesidad urgente de que todos estemos unidos, decididos a hacer frente a la banda, a no sucumbir.
Y sin embargo, después de más de cuarenta años de atentados etarras, y después de haber escuchado centenares de veces mensajes parecidos, los discursos aparecen caducos y ya excesivamente vistos. ETA no tiene futuro, lo sabemos. Los etarras terminará en la cárcel, también lo sabemos. Nunca ograrán doblegarnos, se nos insiste. Pero, ¿cuánto estará dispuesto ese final, cuándo lo podremos disfrutar? En un momento dato, hemos podido tener la esperanza de que se llegaría a un final dialogado, pero tampoco fue posible porque las exigencias etarras desbordaban cualquier planteamiento lícito. De manera que se ha vuelto a los cauces tradicionales, a la lucha de las Fuerzas de Seguridad del estado, a la colaboración internacional, en particular con Francia.
A estas alturas, cabe preguntarse seriamente si éstas son las únicas recetas, las recetas válidas para acabar con esta banda que, de vez en cuando, se dedica a gastar la pólvora acumulada, generalmente robada, y que hace estallar "a lo grande" contra quien les resulte fácil. Ahora mismo, vuelto a especularse con la posibilidad de que los estrategas de la banda estén tratando de presionar al Gobierno para que vuelva a una mesa de negociación como la que fracasó y a la que la banda puso fin estruendoso con el ataque a la Terminal Cuatro de Barajas.
¿Qué otros remedios caben ponerse en marcha' El Estado español en su conjunto, y sus poderes clásicos, han reaccionado en los últimos meses, declarando ilegales y enviando a la cárcel a los responsables "civiles" de la banda y de su sucursal Batasuna. La ilegalización de ANV y del PCTV se supone que va a estar a la banda una importante aportación económica que venía proporcionándole, casualmente, el estado español. La detención de etarras y batasunos no cesa... Pero todo eso parece que no es suficiente.
¿Qué otra cosa cabe hacer? La unidad de los demócratas contra la banda ETA debiera tener una apariencia y realidad de mucha mayor potencia, como alguna forma de declaración parlamentaria de que se multiplican por diez o por cien los fondos a disposición de las fuerzas de seguridad del Estado, o sus efectivos, para dar la batida final y efectiva contra la banda y sus bandidos, en sus guaridas. Eso, de una parte, De otra, se viene elogiando en los últimos años la feliz actuación de colaboración de la vecina Francia.
Posiblemente debiera verse mucho más reforzada y potenciada esa colaboración, porque los etarras siguen teniendo en Francia el maldito santuario al que corren a refugiarse, y de Francia llegan los coches robados y dispuestos en forma de bombas sobre ruedas, cargados a tope con cientos de kilos de amonal o amosal. Es cierto que se autoriza a que guardias civiles españoles realicen tareas antiterroristas en Francia pero todo eso se viene demostrando insuficiente,. No basta. Son precisas medidas extraordinarias, porque las ordinarias no son suficientes...
José Cavero.