MADRID 19 Abr. (OTR/PRESS) -
Efectuadas las elecciones municipales y autonómicas del 27-M, no es improbable que haya un nuevo intento de Zapatero para recuperar el consenso con el líder del PP en materia antiterrorista. Claro que las elecciones y sus resultados pudieran modificar tales propósitos expresados por el jefe del Gobierno: será más fácil lograrlo si las urnas no dan algún vuelco espectacular a los resultados o se afianzan las posiciones del partido gobernante, y pudiera complicarse la situación si Rajoy y su partido se vieran reforzados en sus posiciones.
De momento, lo que hay son las intenciones expresadas por Zapatero, y la disposición que, asimismo, se describe en el grupo que manda en el PP. Por parte de Zapatero, ha anunciado ya la voluntad de invitar a Rajoy a la Moncloa tras el 27-M para hablar de ETA. Zapatero, concluido el intento de "final dialogado del terrorismo", tratará de recuperar ese consenso que ha sido imposible en los últimos tiempos en la lucha contra ETA. Es decir, que intentará recuperar la unidad con el PP contra ETA.
Por lo que se refiere al presidente del PP, cree saber 'La Vanguardia' que Mariano Rajoy ha terminado de imponer un cambio de rumbo a su propio partido. Según esta información, dirigentes del PP de todos los sectores han abandonado, finalmente, la teoría de la conspiración del 11-M. En segundo lugar, y como parte de ese giro, se señala que la política antiterrorista no será el eje del discurso aunque se mantiene la presión sobre Batasuna. Y en tercer lugar, se destaca que el líder conservador hace guiños al centro en la selección de candidatos para el 27-M. Es decir, trata de abandonar las posiciones de mayor dureza e intransigencia que han venido caracterizando su Dirección y el rumbo del PP en los últimos tiempos.
De hecho, ya en vísperas de que empezaran a prepararse los programas electorales del 27-M, Rajoy se había esforzado por conseguir esa "reconducción hacia el centro", aunque con insuficientes resultados. El caso Díaz de Mera, por ejemplo, venía a prolongar la actitud "conspiranoica" de algunos relevantes dirigentes del PP, y el caso de los votos por correo de Melilla ha cooperado en los últimos días a favorecer sospechas de juego electoral escasamente limpio. Pero también la pelea con un grupo periodístico, los enfrentamientos que viene protagonizando Zaplana con 'su' presidente autonómico Camps, la dimisión del más centrista diputado Calomarde...
Está por ver si incluso en su propia lista de candidatos por Madrid, en las generales del año que viene, Rajoy se hace secundar por Gallardón, como éste viene reclamando, y no la más 'rígida' Esperanza Aguirre. Pero también eso dependerá de lo que los ciudadanos madrileños determinen en las urnas de este mayo, y quién se revalida con mejores resultados.
José Cavero