Actualizado 23/09/2008 02:00

José Cavero.- Un muerto en el tercer intento de ETA

MADRID 23 Sep. (OTR/PRESS) -

Después de los bombazos de Ondárroa y de Vitoria, la tercera bomba de la banda ETA estalló en Santoña, Cantabria, y ésta sí, causó una muerte, la de Luis Conde de la Cruz, un brigada de 46 años, destinado en Segovia, y que estaba de vacaciones en el Patronato Militar de la localidad cántabra. A la una menos cuarto avisó ETA de que iba a hacer estallar su artefacto, y unos minutos más tarde, cuando aún se estaba produciendo el desalojo, estallaba lo que uno de los vecinos y testigos del suceso ha calificado de "sartenazo". Como en los dos anteriores, la banda hizo estallar un número muy importante de kilos de amonal, según se estima. En dos de los tres atentados, la banda advirtió previamente de sus intenciones, y parece evidente que en el caso del cuartel de Ondárroa, la banda proyectaba una gran matanza de personas...

Santoña es una localidad muy próxima a Euskadi. Como en los casos anteriores, parece que la banda volvió a elegir lugares próximos y cómodos en los que pudieran expresar, a su modo, su malestar y desacuerdo con las tres decisiones adoptadas por el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional, durante la pasada semana, contra "la banda y sus alrededores", a saber, la ilegalización de ANV, la del PCTV y la detención de los más destacados dirigentes de las Gestoras proamnistía, todas ellas "marcas" "franquicias" o sucursales de ETA y Batasuna.

A la banda y esos alrededores no parece que les satisfaga, en modo alguno, que se les esté recortando la "subvención" con la que han venido contando: el Estado español, en efecto, y de manera paradójica, ha venido aportando a los enemigos del Estado importantes sumas como consecuencia de los alcaldes y concejales y de los parlamentarios que han disfrutado de esa condición en los últimos años.

El regreso a la clandestinidad de sus asociados municipales, parlamentarios y del encarcelamiento de Olano y otras relevantes figuras probatasunas complace muy poco a la banda, que ve en todo ello, por lo demás, un decidido propósito por parte del estado español para combatir, a ser posible hasta su final, a la banda terrorista ETA y cada una de sus ramificaciones. Es de esperar que la banda y Batasuna no tardarán en comunicar cuál es su siguiente sigla, o en cuál se tratarán de refugiar en adelante. Es obvio que a ETA le ha funcionado bien ese recurso de estar bien integrada en la sociedad y en sus instituciones, en particular, para tener la mejor información sobre su funcionamiento.

Parece que ha habido suficientes advertencias de que, por parte de la banda, tampoco se andan con bromas: con advertencia previa o sin ella, ETA seguirá haciendo estallar sus bombas, mientras la policía y guardia civil se esfuerzan en evitarlo y conducir a prisión a los más recalcitrantes de los mandos y de los integrantes de nuevos o viejos comandos. Parece, en efecto, que el comando Vizcaya ya tiene sucesores para los que recientemente fueron detenidos y conducidos a prisión. Es el destino final de los que cometen atentados, extorsiones o cualquier otra forma de atacar al Estado.

José Cavero.

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