MADRID 26 Nov. (OTR/PRESS) -
Como anteriormente sucediera con Mariano Rajoy, proclamado candidato por la directiva de su partido, este domingo también era proclamado candidato por sus militantes, varios millares, el candidato socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Uno y otro son candidatos por segunda vez, y tienen otra circunstancia en común; que, con toda probabilidad, se la juegan a una carta. Rajoy, o más concretamente la dirección de su partido, difícilmente 'aguantaría' a un candidato dos veces perdedor, y tendría la tentación de recurrir a un nuevo candidato. De hecho, ya hemos visto candidaturas alternativas para el caso de que Rajoy vuelva a fracasar en su intento: Esperanza Aguirre, Ruiz Gallardón, Rodrigo Rato..., todos esperan y probablemente aspiren, entre muchos más. Zapatero ya ha anunciado que, en el caso de perder, se iría tranquilamente y en silencio a su León natal a hacer otra clase de política. Tampoco resultaría fácil su sucesión en la secretaría general del partido. Probablemente no se ha llegado apenas a pensar, entre otras razones, porque 'en el imaginario popular' o en la creencia generalizada, se da por descontado que será Zapatero quien vuelva a imponerse a Rajoy. Las encuestas van en esa dirección, aunque la diferencia en su mayor parte sea escasísima y casi irrelevante.
Pero la noticia de este domingo era ésa: La proclamación solemne del líder como candidato y del lema con el que presenta su candidatura: La mirada positiva. Anteriormente, el partido y los colaboradores más próximos al presidente-candidato han jugado con la zeta de Zapatero para hablar de algunas de las virtudes-propuestas por las que apuestan Zapatero y el PSOE: zeta de solidaridad, de verdad, de sinceridad, de honestidad, y así sucesivamente. Ahora se cambia el lema a uno más 'académico', que no choque con la ortografía: la mirada positiva viene a definir al candidato Zapatero, el del talante y la buena educación, el del buen tono incluso cuando rebate las descalificaciones del contrario. Sólo de vez en cuando Rajoy logra sacarlo de sus casillas con algunos de sus permanentes improperios, en los que le ha ido acusando de dividir España, de aliarse con la banda ETA y de quererse aprovechar de la banda, de no tener idea de España ni de ninguna cuestión de las que se plantean a diario al gobierno de España. Y le ha reprochado descuidar o conducir inadecuadamente la economía de los españoles, y la política exterior de los españoles, de despreciar a las víctimas del terrorismo, y en general, de no atender los intereses de los españoles. Zapatero ha tenido esa mirada positiva sobre las cosas, y sólo insiste en que la España de ahora mismo nada tiene que aprender del pasado inmediato, cuando un gobierno popular no dudó en implicar a España en la invasión de otro país contra el parecer de la mayor parte de los españoles.
La campaña electoral aún no está iniciada formalmente, pero hace meses que estamos en plena campaña. Ahora, con los dos candidatos 'en pie de guerra', lo estamos aún más, si cabe. Desde la crítica implacable y con mirada positiva, uno y otro en pos de la Moncloa.
José Cavero