José Luis Gómez.- A vueltas con España.- La encrucijada vasca

MADRID 30 Abr. (OTR/PRESS) -

A menos de un mes para los comicios locales, la situación electoral del País Vasco y Navarra sigue estando confusa, sin que a día de hoy sea posible determinar qué va a pasar con las listas de la llamada izquierda abertzale. En buena lógica, el Estado debería impedir que entren en las instituciones quienes no descalifican el terrorismo, pero sin generalizar tanto como para llevarse por delante a partidos legales. No es nada fácil semejante equilibrio, pero la vida política es a veces así de compleja.

Si Batasuna condenase la violencia, todo sería muy fácil. Pero Batasuna sigue inmersa en una ambigüedad calculada. No podía faltar en un fregado como éste Baltasar Garzón, quien ha decidido no suspender las actividades de Acción Nacionalista Vasca (ANV), un partido legal que algunos tratan de criminalizar por considerar que está siendo fagocitado por ETA y Batasuna. El famoso juez rechaza ese extremo, por lo que ANV podrá ir a las elecciones. Otra cosa es cómo, ya que la fiscalía y la abogacía del Estado siguen trabajando para impugnar aquellas listas de ANV que hayan sido contaminadas por Batasuna.

A la dificultad de un trabajo tan delicado y denso -puede haber hasta 800 listas dudosas- se suma la presión del tiempo. Y, como dice Garzón, en un procedimiento así sólo sirven las pruebas y no las conjeturas, sospechas, intuiciones y afirmaciones de los políticos. En el caso de ANV estamos hablando de una organización política que hunde sus raíces en 1930 y que si bien fue una de las fundadoras de Herri Batasuna en 1977, después, en 2001, abandonó la entonces coalición abertzale para actuar por libre. Es un partido plenamente legal. El problema puede estar en si Batasuna utiliza sus listas para intentar volver a diputaciones y ayuntamientos. Y para aclararlo sólo cabe confiar en la acción de la justicia. El periodismo declarativo no es la solución ante semejante encrucijada.

José Luis Gómez