MADRID 21 Feb. (OTR/PRESS) -
Este país no tiene problemas. Y lo digo porque si los dos grandes partidos, amen de los medios de comunicación, llevan semanas discutiendo sobre si Zapatero y Rajoy debaten ante las cámaras de televisión, es que debemos de estar viviendo en Disneyworld y por tanto no hay asunto más importante al que dedicar tiempo y esfuerzo. A mí me dan ganas de gritar que ¡basta ya de tanta estupidez!, que por favor los responsables del PSOE y del PP nos dejen de tomar por tontos y nos traten a los ciudadanos con un poco más de respeto. Al final habrá debates después de sesudas conversaciones entre PSOE, PP y los medios de comunicación, y fruto de esas conversaciones sabemos quién llegará primero al debate, quién hablará en primer lugar, quién tendrá la última palabra, de qué color será la mesa y las sillas, el lugar de celebración, etc. O sea, todo banalidades en las que unos señores mayores han dedicado energía y esfuerzo y nos lo han presentado como si fuera una hazaña, algo así como escalar el Everest.
En una sociedad democrática, lo normal es que haya debates, y que estos debates se celebren sin trampa ni cartón. Por ejemplo, sabemos que Zapatero y Rajoy contarán con cronómetros de los que utiliza la federación de baloncesto. O sea, que se comportan como niños y luego querrán que les tomemos en serio. Y luego está el comportamiento infumable de algunas cadenas de televisión que han decidido no retransmitir los famosos debates olvidándose que son un servicio público no solo una maquina de hacer dinero para sus accionistas.
Que cada vez que haya elecciones se organice un lío a cuenta de si hay debates entre los candidatos y cómo tienen que ser esos debates, lo que demuestra es que los dirigentes de los partidos no están a la altura de la sociedad al convertir el objetivo del debate en un debate nacional. Que los informativos de la tele y las radios y los periódicos dediquen espacio a informar de los dimes y diretes en torno a los debates y den como gran noticia de que ¡por fin! los señores del PSOE y del PP han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo deben de ser esos debates, lo que demuestra es que están alejados de la realidad.
Este país nuestro tiene otros problemas. Por ejemplo: el auge del fascismo en la Universidad, donde grupos de energúmenos impiden que se hable libremente, la última víctima ha sido Rosa Díez. O que hay millones de personas que malviven con un sueldo mileurista, o que la sanidad pública cada vez está más deteriorada sobre todo en las comunidades en que gobierna el PP, o el aumento de la violencia en las aulas, o tantas y tantas otras cosas que son problemas reales y que nada tienen que ver con si hablar primero Zapatero o llega primero Rajoy. ¡Basta ya de estupideces! Por favor.
Julia Navarro.