MADRID 17 Ene. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy ha demostrado que no manda en su partido, que en realidad la líder del futuro inmediato se llama Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid es una política dura, con legitima ambición de llegar más lejos aún de lo que ha llegado en política, y con una obsesión: acabar con Alberto Ruíz Gallardón, que es a quién realmente temía porque erá el único que podía interponerse en sus ambiciones.
No es ningíun secreto que doña Esperanza echaba "pestes" de Alberto Ruíz Gallardón, y que ha venido manifestando una obsesión casi enfermiza en contra del alcalde de Madrid. Alberto Ruíz Gallardón también tenía la legítima ambición de expander su carrera política, y había pedido en público que le dejarán ir en las listas del Congreso. Rajoy ha dado carrete a Gallardón permitiendo que se confiara y ahora le ha dicho que no a instancias de Aguirre, que dicho sea de paso queda claro que es la que manda. Lo peor es que ha dejado en ridículo al alcalde de Madrid y ha consolidado a Esperanza Aguirre como su sucesora.
En mi opinión, el espectáculo que ha dado el PP pone los pelos de punta, porque una piensa que si así se tratan entre ellos cómo nos trataran a los ciudadanos. Claro que el cainismo no es solo patrimonio de la derecha. En la izquierda, solo hay que mirar las listas del PSOE elaboradas por Ferraz para darse cuenta que tampoco se andan con contemplaciones. Pero en éste caso los socialistas lo han hecho con más tiento, mientras que el PP ha dado el espectáculo. De esta crisis lo evidente es que, con Rodrigo Rato dedicado a la actividad privada, la única que puede suceder al día de hoy a Rajoy es Esperanza Aguirre.
Es increible cómo un partido es capaz de prescindir de los mejores de los suyos, como es el caso de Rato, y no digamos de Ruíz Gallardón. El todavía alcalde de Madrid es un hombre que ha conseguido varias mayorías absolutas para su partido, que tiene un perfil político centrista, que cuenta con el respeto de sus adversarios políticos, y que en definitiva podía representar mejor que nadie a esa derecha moderna que Rajoy no representa. Seguramente por eso tiene tantos adversarios dentro de su propio partido, porque en el PP todavía hay mucha gente que se situa en la derecha extrema y les saca de quicio el talante centrista de Gallardón.
Prescindir de Gallardón es más que un error, es una estupidez, y sobre todo se lleva al traste todo intento del PP y de Rajoy de aparecer moderados.
El PP tiene nuevo líder, es Esperanza Aguirre, se oficializará el 9 de marzo si el PSOE gana las elecciones y Rajoy es derrotado.
Julia Navarro.