Julia Navarro.- Escaño Cero.- Kosovo, aviso a navegantes

MADRID 5 Feb. (OTR/PRESS) -

En Serbia ha ganado las elecciones el candidato que apuesta por la integración en la Unión Europea. De entrada, es una buena noticia porque aleja al país del autismo político paneslavista de los trágicos tiempos de Milósevic. La reelección de Boris Tadic es, como digo, una apuesta decida por la integración en la UE, pero deja abierta la puerta a la proclamación unilateral de independencia de Kosovo, territorio de mayoría albanesa que los serbios consideran la matriz histórica de su nación.

Salvando las distancias, sería como sí Asturias (cuna de la "Reconquista"), fuera a independizarse del resto de España. El proceso de segregación de Kosovo, al que se opone Rusia pero apoyan los Estados Unidos, se ve con reserva desde Bruselas, pero es más una reticencia formal que una renuencia política. Si, como parece, llega a consumarse, sería la culminación de un proceso que devendría en precedente para otros territorios de países socios de la Unión en los que actúan minorías irredentistas políticamente muy activas. Trazaría un camino que otros pretenderían seguir desestabilizando países y creando situaciones de imprevisible salida. A la vista de cómo se están desarrollando los acontecimientos, cada vez es más evidente que una de las carencias más llamativas de la UE se refleja en la irrelevancia de su política exterior. Política exterior que en el caso de las relaciones con Serbia se ve lastrada por el hecho de que quien la dirige en la actualidad era secretario general de la Alianza Atlántica cuando en la pasada guerra de Yugoslavia los aviones de la OTAN bombardeaban Belgrado.

En resumen: es algo más que una cuestión de política interna serbia lo que está en juego en relación con el futuro político de Kosovo.

Julia Navarro.