MADRID 30 Abr. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy le ha cogido gusto al poder, aunque sea un poder relativo que es el de mandar en su partido. No sé, pero parece como si el baño de multitudes que se dio durante la campaña electoral hubiera provocado en él un deseo irrefrenable de ejercer el liderazgo, que por otra parte le niega un sector de su partido. Por lo pronto, Rajoy está poniendo entre la espada y la pared a los dirigentes regionales y autonómicos del PP, obligándoles a tomar partido por él.
A Rajoy se le ve crecido, más seguro de sí mismo, como si se hubiese quitado un lastre de encima, y ahora si fuera él mismo. Pero más allá de sus ambiciones, legítimas sin duda, para la derecha la pregunta continua siendo la misma: ¿pueden llegar a la Moncloa de la mano de Mariano Rajoy?. Y no hay una sola respuesta, porque naturalmente sus fieles aseguran que sí, pero otros muchos dirigentes y militantes del PP, y sin duda votantes, piensan que no., de manera que por más que se empeñe, es un líder cuestionado, un líder en el que no confían ni siquiera buena parte de su partido.
Por eso, por más que parece más que probable que Rajoy gane el congreso del PP el próximo mes de junio, lo que está por ver es si será él finalmente quién sea el candidato a la Moncloa en 2012. Ahí está Esperanza Aguirre, sí, pero también Camps, el presidente de la Comunidad Valenciana, y el propio Alberto Ruíz Gallardón, sin olvidarnos de Rodrigo Rato.
De manera que aspirantes a sucederle hay unos cuantos, aunque por el momento solo se le haya notado a Esperanza Aguirre. Claro que a Aguirre parece que sus fans la quieren achicharrar, haciéndole dar pasos precipitados.
Lo que es evidente es que el PP es una jaula de grillos, donde todos arremeten contra todos y todos están contra todos, mientras Rajoy, de gira por provincias, va buscando apoyos prácticamente sin dar alternativa a los "barones" de su partido. Pero lo más interesante es que Mariano Rajhoy parece otro. Estamos descubriendo un nuevo Rajoy, y es interesante ver como esa imagen de político flemático que parecía de paso por la política, esta dejando paso a la de un político ambicioso, implacable y maniobrero, que no está dispuesto a vender barata su piel, y va a luchar con todas las armas a su alcance para no perder el sillón de mando. Todavía nos queda mucho por ver y mucho Rajoy por descubrir. Al tiempo.
Julia Navarro.