Actualizado 06/05/2008 02:00

Julia Navarro.- Escaño Cero.- El último adiós

MADRID 6 May. (OTR/PRESS) -

Sus señorías, el Gobierno, la clase política ha dado el último adiós a Leopoldo Calvo Sotelo. Durante dos días los políticos han velado al que fuera el segundo presidente de Gobierno de la democracia, y en esas horas de vela todos hemos recordado no solo lo que hizo sino el tiempo en que vivió y lo que representó.

A la historia de Leopoldo Calvo Sotelo está unida la de otros muchos españoles, toda una generación, la de la Transición, de manera que su fallecimiento es una perdida no solo para sus familiares y amigos más cercanos, sino para todos aquellos que que le tuvimos como presidente.

Es imposible no recordar multitud de anécdotas de Calvo Sotelo de sus días como diputado y presidente del Gobierno, peor sobre todo lo que fue su acción política trastocada por el intento de golpe de Estado de Tejero. Pero hay un rasgo que define su caracter y su estar en política y es la manera en que pasó de la vida oficial a la privada y sobre todo como parecía andar de puntillas sobre los acontecimientos políticos de los últimos años.

Calvo Sotelo no quería ser un jarrón chino, de manera que apenas ha opinado o ha tenido participación política desde que dejo la presidencia del Gobierno. Sí, estaba presente en muchos actos oficiales, no era difícil encontrarle en teatro o en cualquier acontecimiento cultural, pero la suya era una presencia silenciosa, y si algún periodista le apremiaba para que opinara sobre los temas de actualidad lo hacia con tal ironía que terminaba desconcertando a su interlocutor. Con él se ha ido una parte importante de toda una generación. Descanse en paz.

Julia Navarro

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