MADRID 18 Mar. (OTR/PRESS) -
Nadie me tiene que convencer de las ventajas de la Unión Europea, pero alguien me va a tener que convencer de la eficacia de nuestros gobiernos, de éste y de los anteriores, a la hora de defender los intereses de los agricultores y ganaderos españoles en Bruselas. Verán, los mandamases de la ahora llamada Unión Europea, y antes C.E.E y antes Mercado Común, decidieron en su día que España fuera un país de servicios e ir eliminando poco a poco nuestra agricultura y ganadería en beneficio de la francesa, por no ir más lejos. Así que en los últimos años hemos asistido al sacrificio de miles de cabeza de ganado, y ahora mismo si uno viaja por Cantabria casi casi le va a costar ver una vaca.
Eso por no hablar de muchos cultivos tradicionales que han desaparecido, con el consiguiente impacto ecológico, porque los señores de Bruselas prefieren dar subvenciones a los campesinos para que dejen sus tierras sin cultivar. Por no hablar de esos "genios" de la Unión que han decidido subvencionar a quienes pongan en marcha granjas de avestruces porque dicen que la carne de avestruz tiene futuro. O sea, que matamos vacas y cuidamos avestruces, ese es el disparate al que algunas políticas de la Unión nos están llevando.
Dirán ustedes que a qué viene todo esto, pues bien, a mí me ha producido autentica indignación saber que a los ganaderos españoles se les da seis céntimos por libro de leche, eso sí, luego usted y yo pagaremos a casi un euro ese litro de leche en el mercado.
Los ganaderos gallegos están en pie de guerra y hacen bien porque tenemos un Ministerio de Agricultura y Ganadería que no hace nada por defender sus intereses, y si lo hace, pues no se nota, o acaso fracasa en el empeño. Tanto da, porque lo cierto es que es una auténtica vergüenza que les paguen el litro de leche a seis céntimos de euro, mientras llega la leche francesa a nuestros mercados, entre otras cosas porque en Francia no se cortan a la hora de defender a sus agricultores y ganaderos.
Nosotros tenemos gobiernos que se comportan de una manera singular en la UE: parece que están agradecidos porque nos dejen participar de ése selecto club y aceptan lo que se dice sin rechistar. Que nos tenemos que quedar sin vacas, pues nada a sacrificarlas, que no podemos cultivar olivos, pues que los arranquen, que hay que comer carne de avestruz, pues la terminaremos comiendo.
En la reciente campaña electoral ningún partido y ningún candidato dedicó ni un segundo a la política de la UE ni a los problemas de nuestros agricultores y ganaderos. Pero claro los candidatos estaban demasiado ocupados en otras cosas mientras poco a poco desde Bruselas se nos va imponiendo políticas claramente negativas para los intereses agrícolas y ganaderos españoles. O los ganaderos españoles se defienden, o me temo que no van a encontrar a ningún grupo político que lo haga por ellos. Esa es la triste realidad.
Julia Navarro.