MADRID 13 Jun. (OTR/PRESS) -
No a todo el mundo le va mal en tiempos de crisis. Los bancos españoles, por ejemplo, tuvieron unos beneficios de 5.153 millones de euros durante el primer trimestre de este año, un 10 por ciento más que en el mismo periodo de 2007, en la época en que se ataban los perros con longaniza. Con el comienzo de la crisis, donde parece que los perros los vamos a tener que sacrificar precisamente para fabricar longanizas, los bancos ganan mucho más dinero.
Puede parecer un misterio, pero no lo es, porque parece que cuando la economía general va muy mal es cuando algunas economías particulares levantan grandes fortunas.
En los consejos de administración de nuestros bancos se sientan muchas personas que son ricos por casa, es decir, que sus padres y abuelos ya eran accionistas, y algunos otros que pegaron el pelotazo durante la posguerra, en los años de hambre y miseria.
La escasez es una inmensa fuente de beneficios, y si no hay escasez se inventa, como se ha hecho con el suelo. El suelo no escasea, basta subirse a un avión y comprobar que el suelo sin urbanizar es mil veces superior al urbanizado, pero gracias a la sabiduría de los gobiernos centrales, autonómicos y municipales, el suelo urbano escasea, con lo que casi la mitad del valor de la vivienda es para pagar el precio del solar. Tampoco escasea el petróleo. Tiene su límite, claro está, pero las capacidades de encontrar nuevos yacimientos, de extracción y de refino son diez veces superiores a las de hace veinte años, y, sin embargo, escasea artificialmente, con lo que suben los precios. El sistema es democrático y nada discriminatorio, porque siempre jode a los obreros y a las clases medias, que ni han tenido la habilidad de tener un antepasado rico, ni un buen estraperlista en los años cuarenta. Si lo tuvieran, hoy serían accionistas de un banco con beneficios.
Luis Del Val.
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