MADRID 19 Ene. (OTR/PRESS) -
La profunda crisis en que ha entrado el PP presenta un agudo cuadro esquizofrénico, alimentado por esos dos acontecimientos acaecidos sucesivamente, en el corto espacio de 24 horas. En la cúpula del PP están haciendo un esfuerzo sobrehumano, inútil y patético que intenta contrarrestar con el falso paripé de Pizarro el devastador efecto del caso Gallardón y la guerra de las listas electorales. Sería una ingenuidad pensar que la crisis estalla de pronto y sin antecedentes. No. Lo único que hace ahora es manifestarse, tras largos meses en estado de larva, meses durante los que se vino alimentando, bajo el disimulo de las historias para no dormir del España se rompe, la rendición ante ETA, la conspiración del 11-M, el ácido bórico, la mochila, la destrucción de la familia, el invento de la crisis económica. Todavía les quedaba desfachatez como para que a Pizarro le dijeran, en su estreno, que es el candidato de los jóvenes y los trabajadores. Como alguien ha recordado, no se sabe que ningún trabajador haya recibido 2.500 millones de indemnización por su finiquito.
Ha ganado en el PP definitivamente el sector ultraderechista, que sitúa a su candidata en la línea de salida para la sucesión del pobre Rajoy tras su derrota del 9 de marzo. Aguirre ha sabido disponer las cosas para ello, aun a costa de un enorme desgarro interno y de una sangría de votos mes y medio antes de las elecciones. Sangría que muchos ven en privado y que algunos, como Fraga y Basagoiti, se atreven a decir en público. Rajoy ha sido débil, torpe e incapaz de evitar una crisis que cualquiera era capaz de prever. A estas alturas, sería un verdadero milagro que el PP no perdiera las elecciones, pues la derrota parece ser el gran empeño de su actividad durante estos cuatro años, coronados por esta crisis abierta y vergonzosa. Las encuestas de la semana próxima, o antes, van a dejar constancia del precio de tantos errores y tantas apuestas por la derrota. Ah!, me olvidaba de subrayar la extreman crueldad y el inhumano ensañamiento con que han tratado a Gallardón, el mejor de todos ellos con diferencia.
Pedro Calvo Hernando.