MADRID 5 Nov. (OTR/PRESS) -
El desayuno informativo de Europa Press con el presidente de la CEOE ha sido una de las grandes ocasiones para oler y pulsar el clima de la crisis, visión en la que seguro que estarán de acuerdo los numerosísimos compañeros de la Prensa que allí pude ver. La claridad expositiva de Gerardo Díaz Ferrán y su capacidad de penetración en la realidad económica y social de España hacían más fácil la construcción de ese escenario de informaciones, intuiciones y análisis.
La verdad es que era reconfortante ver a este hombre, con su extraordinaria responsabilidad, analizar y desmenuzar sin maldades ni exageraciones lo que nos está pasando, ahíto y desesperado uno con tanto cantamañanas y tanto partidismo barato que acompaña cada minuto a los análisis y los comentarios sobre la materia. La demoledora cifra del paro de octubre, conocida sobre la marcha durante el desayuno, en el madrileño Hotel Intercontinental, y valorada muy negativamente, claro, fue el termómetro de la prudencia y de la objetividad en el diagnóstico por parte de Díaz Ferrán.
Allí pudimos entender mejor que la crisis económica va a ser dura y profunda y que las medidas internas que se le están aplicando están en la buena dirección, pese a las pullas facilotas y desmoralizadoras de ciertos voceros del PP, aunque obviamente nunca jamás serán suficientes, como no lo es nunca ningún esfuerzo por remediar cualquier descalabro en cualquier sociedad. Supongo que el presidente de los empresarios anda ideológicamente más cerca de Mariano que de José Luis, pero estoy seguro de que se siente mucho más cerca de Zapatero que de Rajoy en la interpretación de la crisis en torno a sus orígenes, consecuencias y terapéuticas, lo que supone un mejor servicio al interés general de los españoles, como las apostillas que allí ofrecieron los máximos líderes sindicales, los secretarios generales de UGT y CCOO. El PP y su líder tendrían que esforzarse en ponerse a la altura de Zapatero, Díaz Ferrán, Cándido Méndez y José María Fidalgo en la ardua empresa de crear esperanza y de echar una mano de verdad.
Pedro Clavo Hernando.