Actualizado 01/08/2007 02:00

Pedro Calvo Hernando.- El pajarito se comió todos los cañamones

MADRID 1 Ago. (OTR/PRESS) -

En el imparable retorno a la España real hay un par de temas que sobresalen, pero por el lado negativo. Me refiero a los apagones y a los incendios, que vienen ocupando las portadas de los periódicos y las aperturas de los medios audiovisuales, algo así como lo que meses pasados ocurría con De Juana Chaos, las negociaciones con ETA, las mochilas del 11-M e historias parecidas. El pajarito de la crispación se ha comido todos los cañamones y ahora se muere de inanición. En su lugar, como digo, la España real, para lo bueno y para lo malo. Entre lo malo, el famoso apagón de Barcelona y los incendios, sobre todo el de Tenerife. Ahora, ya sin fantasmas tergiversadores de la realidad, podemos afrontar los problemas reales y decir que lo de Barcelona es intolerable y también los juegos verbales para disimular la responsabilidad de las empresas eléctricas afectadas, que son las grandes culpables, por mucho que las Administraciones tengan que asumir su cuota de responsabilidad por su negligencia en la vigilancia y su extrema blandura en el castigo.

¿Ha preguntado alguien qué hicieron esas empresas con el billón doscientos mil millones de pesetas que el Gobierno de Aznar les regaló para aquello de la adaptación a no sé qué, supongo que referido a las necesarias inversiones para la mejora de las instalaciones y el servicio y para el buen mantenimiento de los mismos? Estas cosas son las que hay que preguntar y no salir con la bobada de que estábamos ante la venganza de Pizarro. Y con los incendios lo mismo. Nunca hemos sido lo bastante radicales en la prohibición absoluta y para siempre de que se pueda construir en terrenos que hayan sufrido incendios forestales, aun que todos tenemos siempre la mosca detrás de la oreja. Nunca se ha investigado bastante la culpabilidad de los detentadores de intereses relacionados con lo que digo. Todas las Administraciones son culpables por flojera, por negligencia o, en el peor de los casos, por relación con los intereses bárbaros de los depredadores que rompen España con el ladrillo salvaje, después de haberla quemado.

Pedro Calvo Hernando.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes