MADRID 7 Jul. (OTR/PRESS) -
El destape corruptivo del PP en la provincia de Alicante cierra el ciclo triprovincial valenciano de la regional ola oceánica pepera. La detención del presidente del PP y de la Diputación de Alicante y otros tres coloca el asunto al rojo vivo y sitúa a Rajoy, si estuviéramos en un país normal, a las puertas del colapso político, después de los otros océanos de Gürtel valenciano, de Fabra castellonense y de corrupción sideral de las Baleares de Jaume Matas, por destacar las puntas más brillantes. Todo esto es seguramente más grave que los desafíos del PP a las instituciones y a la legalidad, con esta estación intermedia de la rebelión contra la nueva y flamante ley del aborto y con el inaudito y antipatriótico documento de descalificación del semestre español de la presidencia europea. Digo "seguramente" porque me considero incapaz de establecer un ranking de gravedad y de intolerabilidad en los varios aspectos que llevo apuntados. Todos ellos muestran que el partido de Rajoy no tiene en estos momentos condiciones ni credenciales para aspirar a ser Gobierno de España.
Las encuestas, sin embargo, apuntan por otro camino, aunque supongo que es porque los consultados saben que ese ascenso al poder no se produciría ahora mismo, ya que las elecciones generales tienen fecha de marzo de 2012. En todo caso, no puedo entender que sea posible que una mayoría de españoles vaya a preferir a un partido rodeado de la mayor corrupción de todos los tiempos y que no ha hecho nada más que boicotear la lucha de la sociedad y del Gobierno de España contra la crisis económica. No podría entender que una mayoría prefiriera eso a un Gobierno que se desgañita -con todos los errores que se quiera- de trabajar por sacar a este país de un atolladero en el que son otros los que le han metido, sustancialmente quienes no son ni sus amigos políticos ni sus afines ideológicos. Los culpables de la crisis están mucho más cerca del PP que del Gobierno de Zapatero, ya sé que decirlo es una obviedad como la copa de un pino. Todo lo que pasa en España es un misterio, aunque menos insondable de lo que parece.