Actualizado 25/06/2013 14:00

Rafael Torres.- Los accionistas esclavos de Bankia

MADRID 25 Jun. (OTR/PRESS) -

Es curiosa la obstinación del Gobierno y de Bankia, que son capaces de cualquier cosa con tal de no devolver el dinero sustraído a los ahorradores particulares mediante el timo de las Preferentes y las Subordinadas. Son capaces, incluso, de perder dinero, bien que no el de los sobres, el de los sobresueldos o el de las escandalosas retribuciones a sus directivos, sino el que generaría trabajo, salud, educación, seguridad y bienestar a los españoles, y que se ha empleado para tapar los bestiales agujeros de las Cajas controladas por el PP y arruinadas por su nefasta gestión y la del coro de otros partidos y sindicatos que también contribuyeron a secar sus ubres.

La suma de lo que Bankia (que celebra su junta general de accionistas con la presencia más que airada de los que lo son forzosos, o sea, esclavos) acabará devolviendo de una manera o de otra, será similar, si no superior, a la que habría de emplear en restituir honestamente, de una santa vez, el dinero que no le pertenece, lo que, por cierto, le permitiría dejar de ser un banco zombi y aspirar a ser un banco de verdad, y no, como hasta ahora, un succionador de la propiedad ajena. Entre el arbitraje que se ha inventado, mediante el que reintegrará una porción de pequeñas cantidades, la contratación de caros bufetes de abogados para defender en los tribunales su postura de no devolver los cuartos a sus legítimos dueños, las elevadas cantidades que deberá satisfacer a resultas de las innumerables sentencias adversas, las costas judiciales y las onerosas campañas de publicidad que cree en la necesidad de hacer para mejorar su imagen, que no mejorará en tanto los antiguos clientes maltratados y los potenciales tengan tan pésimo y acreditado concepto de ella, su actitud apalancadora puede salirle más cara, y eso por no hablar de las consecuencias penales que habrán de tener también sus importantes efectos pecuniarios.

Pero esa obstinación no es que sea curiosa, sino que obedece a un designio político, articulado en el infame Memorial de Entendimiento con los prestamistas extranjeros que consagra el despojo que sufre de manos de éste gobierno el Pueblo Español: el retorno al diseño social de pobres y ricos, de amos y esclavos. ¿Y qué mejor para hacer pobre a alguien, a un particular o a una sociedad, que quitarle el dinero? Pero los accionistas esclavos de Bankia, entérense los del terno azul, ni son accionistas ni esclavos.

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