Actualizado 27/04/2007 02:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- El muñeco, vestido

MADRID 27 Abr. (OTR/PRESS) -

La verdad es que la aparición de ANV, siglas de un antiguo partido que se llamaba Acción Nacionalista Vasca, y que dormían en un cajón, tiene poco de fantasmal a pesar de las apariencias. En realidad, esta resurrección del viejo partido forma parte del teatro organizado por Batasuna para que la ETA pueda presentarse con este disfraz a las elecciones del 27 de mayo. Había cierta curiosidad por ver cómo se las apañarían los terroristas para entrar en las instituciones locales y autonómicas, y ésta es la respuesta.

Desde tribunas oficiales se dice ahora que es muy difícil demostrar que las listas de ANV están contaminadas de terroristas -recordemos que Batasuna es una organización terrorista, porque es ETA-. Eso sí que no es noticia: de hecho, nadie albergaba la menor duda de que la ETA se acabaría presentando, y la única duda era cómo se las arreglaría el Gobierno para vestir el muñeco y así poder seguir adelante con su "proceso de paz", es decir, sin hacer enfadar a los asesinos. Es tristísimo tener que escribir estas cosas, pero la realidad es la que es.

El presidente del Gobierno anda ahora por ahí diciendo que espera del Partido Popular algún gesto de colaboración con la política gubernamental de lucha contra el terrorismo. ¿A qué se referirá? ¿Tal vez a que el Partido Popular debería apoyar al Gobierno en la tarea de convencer a la gente de que permitir que la ETA se presente a las elecciones es una forma de lucha contra el terrorismo? ¿Podemos estar viviendo una situación así de surrealista? Pues, a lo que se ve, parece que sí que podemos; al menos, muchos militantes y votantes socialistas dan la impresión de que se lo creen. Ya lo dijo Oscar Wilde: la mejor manera de no tener tentaciones es caer en ellas. Que, traducido a esta situación, significa que la mejor manera de que se acabe el terrorismo es rendirse a sus exigencias.

Ramón Pi

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