Actualizado 02/05/2008 02:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- Parecido sólo aparente

MADRID 2 May. (OTR/PRESS) -

Eduardo Zaplana se va repentinamente del Congreso y se enrola en los altos cuadros de Telefónica, la primera empresa española y una de las multinacionales de comunicaciones más importantes del mundo. Pocos, en el Partido Popular, han reaccionado entristeciéndose por la pérdida de este hombre para la vida pública y alegrándose al mismo tiempo por el brillante salto a la vida privada del hasta ahora compañero. Lo cual, si bien se mira, no deja de ser una demostración a posteriori de que Eduardo Zaplana ha hecho estupendamente bien al marcharse de un sitio en el que sólo tan pocos lo querían.

En veinticuatro horas hemos presenciado otro suceso de apariencia parecida, pero enormemente distinto: David Taguas, hasta ahora director de la Oficina Económica de La Moncloa al servicio del presidente Rodríguez Zapatero, es contratado por sorpresa como presidente de SEOPAN, la patronal de las grandes constructoras dedicadas sobre todo a la obra pública (que, como se sabe, es la promovida por los Gobiernos, tanto el central como los autonómicos y municipales). Voces oficiosas dicen que a Rodríguez no le ha gustado nada este fichaje.

Como se ve, el parecido entre los dos hechos es sólo aparente, pues carece de sentido que SEOPAN, que es una organización de influencia sobre el Gobierno, contrate a un hombre próximo al hombre más poderoso de España si no está segura de que eso beneficiará al negocio en lugar de perjudicarlo. O sea, que una de dos en el caso de Taguas: o alguien miente, o esos señores de las grandes constructoras son tontos de capirote. ¿Qué opción es la más verosímil?

Ramón Pi

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