Actualizado 14/09/2008 02:00

Victoria Lafora.- Morderse la lengua

MADRID 14 Sep. (OTR/PRESS) -

En tiempos de quebranto, cuando se es vicepresidente del Gobierno y responsable de una maltrecha economía hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. Por eso ha hecho muy bien Pedro Solbes en rectificar. Ha hecho bien diciendo que no estuvo afortunado en sus declaraciones sobre la recesión. Porque estuvo francamente torpe, inoportuno, políticamente incorrecto, insensible y bastantes cosas más.

Solamente el cansancio, una cierta desmoralización ante la batalla permanente frente a las propuestas "creativas" de otras áreas del Gobierno que el presidente Zapatero tiende a acoger con entusiasmo pueden justificar su incontinencia verbal.

Conviene recordar, cuando no han pasado ni seis meses de las elecciones, que Pedro Solbes no quería seguir, que fue Zapatero quien le convenció de que era imprescindible. Fue su brillante actuación, en aquel debate televisivo frente a la nueva "estrella del PP", Manuel Pizarro, la que hizo ganar las elecciones a los socialistas.

A Zapatero le gustan las propuestas "imaginativas", "optimistas", "modernas" que se le ocurren a Miguel Sebastián que, además, ha decidido convertirse en el líder de los descamisados (estéticamente hablando).Propuestas como la de rebajar cuatrocientos euros del IRPF vinieron de ese sector, no gustaron a Solbes que se las tuvo que tragar, no han llegado a los descamisados (los auténticos, no los estetas) y encima han dejado peladas las arcas públicas. ¿Cómo no va a estar cansado el Vicepresidente?

El Partido Popular, que no ha medido que todavía le quedan tres años y medio en la oposición porque, a no ser que el Estado vaya a la quiebra, es difícil que Zapatero convoque otra vez elecciones para perderlas, quiere que Solbes tire la toalla porque sin él las cosas irán mucho peor. ¿Y eso sería mejor para el PP?

Por eso, utilizando la más absoluta demagogia, su portavoz parlamentario, Cristóbal Montoro, acusó al cansado Solbes de no darse cuenta de que esa recesión, cuya importancia el Vicepresidente había minimizado horas antes, iba a suponer "una limpieza étnica de parados y pensionistas". Además el próximo miércoles le van a preguntar en el Congreso si se siente orgulloso de que su país llegue a la recesión.

Cuando Solbes dijo su desafortunada frase se estaba refiriendo al diagnóstico que comparten muchos economistas, de que una crisis económica puede servir para cambiar el modelo y más cuando la base del crecimiento de la economía española ha estado basada en la construcción inmobiliaria y ésta se ha agotado. No era el cómo, ni el cuándo, ni el dónde pero de ahí a "limpiezas etnicas" va un trecho. Por favor.

Victoria Lafora.

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