Actualizado 31/03/2017 13:14

El equipo de Trump plantea abandonar su compromiso con la ONU para evitar los acuerdos contra el cambio climático


Quieren abandonar de la forma "más práctica" el Acuerdo de París, proceso que llevaría cuatro años

MADRID, 2 Dic. (OTR/PRESS) -

El equipo de transición del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ya tiene la manera de no cumplir los acuerdos sobre el cambio climático firmados en París.

La solución que plantean es abandonar la CMNUCC; es decir, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que es el foro de la ONU para combatir el calentamiento global.

Los abogados que asesoran al equipo del magnate estadounidense consideran que "salir rápidamente" de este foro es la manera más eficaz para desvincularse del Acuerdo sobre el Clima de París.

Además, la Admimistración Obama, que no tenía mayoría en el Senado, no llevó el documento a la Cámara Alta para su ratificación. Aunque Barack Obama firmó el Acuerdo de la capital francesa no está ratificado formalmente lo que puede ayudar a la Administración Trump a obviar su cumplimiento.

No obstante, John Kerry, secretario de Estado con Obama presionó con éxito para que en el texto se utilizara la palabra "debería" en lugar de "deberá" con el fin de negar la necesidad de que el Acuerdo de París deba ser refrendado en el Senado.

El diario británico 'The Guardian' explica que el abandono de EEUU del CMNUCC permitiría a los norteamericanos retirarse sin esfuerzo de sus compromisos internacionales sobre el clima dentro un año, mucho antes de los cuatro años que se exigen para abandonar el Acuerdo de París que entró en vigor en el mes de noviembre.

La medida que plantea el equipo de transición del presidente electo, según el diario británico, supondrá un duro golpe para los esfuerzos mundiales relativos a evitar el calentamiento global que aceleran el cambio climático y las consecuencias que la propia NASA ya adelanta.

Retirarse de la CMNUCC dejaría a EEUU sin un asiento en la mesa de Naciones Unidas en un tema de especial sensibilidad y expuestos a la "crítica del mundo y sin ningún beneficio aparente", según David Wirth de la Facultad de Derecho del Boston College y anterior miembro del Departamento de Estado, según explica The Guardian.

Al parecer, un abogado de la conservadora Heritage Foundation, Steve Groves, es uno de lo que asesoran a Trump para salir de la convención de la ONU sobre el clima como la forma "más práctica" que tiene EEUU de relajar o abandonar sus compromisos relacionados con el cambio climático. Groves forma parte del equipo de transición del presidente, que ya ha dicho a lo largo de la campaña electoral y en repetidas ocasiones que no tiene intención de cumplir el Acuerdo de París.

Aunque Trump ha sido a veces contradictorio al respecto de su compromiso con el Planeta y ha dicho que tiene una "mente abierta" y que quiere "aguas limpias" y "aire limpio" no parece, a juzgar por sus propuestas, que quiera participar activamente en el proceso. Quien ha sido capaz de señalar que el calentamiento global es "un engaño", ha nombrado dentro de su equipo a personas que están abiertamente en contra de las tesis científicas en este sentido.

De hecho, Myron Ebell, que dirige la Agencia de Protección del Medio Ambiente ha dicho que la ciencia del clima es "falsa", mientras Groves ha aprovechado también su influencia para atacar a los que considera "alarmistas del cambio climático". Para sumar adeptos a la causa "anti ecologista", un asesor de campaña de Trump llamado Bob Walker ha abogado por eliminar directamente la investigación que lleva a cabo la NASA sobre el clima.

Quien finalmente sea designado por Trump para la Secretaría de Estado será quien decida e influya en las negociaciones internacionales que EEUU lleve a cabo sobre el Clima y las actuaciones que puedan apoyar, o no, respecto a políticas efectivas y activas relativas a disminuir las emisiones de dióxido de carbono y contribuir a evitar que siga aumentando la temperatura global del planeta.

Se disputan el puesto el ex calcalde de Nueva York, Rudy Giuliani; el ex candidato a la presidencia Mitt Romney y el ex director del la CIA David Petraeus. También se bajara el nombre de Rex Tillerson, aunque sería demasiado llamativo tal nombramiento ya que se trata del presidente ejecutivo de la petrolera Exxon.

Esta última opción, lógicamente se vería como una provocación para los grupos relacionados con la defensa del medio ambiente ya que significaría abiertamente una apuesta de Trump por la industria de los combustibles fósiles.

El equipo de transición de Trump sigue empeñado en desacreditar a los principales organismos científicos del mundo, como la NASA o la Royal Society que presentan informes y evidencias sobre el calentamiento del planeta y la actividad humana como una de las causas principales. De hecho, nueve de los 10 años más calurosos desde que existen registros han tenido lugar desde el año 2000.

Investigaciones independientes por diferentes organismos concluyen como una evidencia incuestionable el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciales y el desplazamiento de especies que apuntan a un rápido cambio climático inducido o acelerado por la influencia del hombre.

EEUU es el segundo mayor emisor de CO2 del planeta. Si los estadounidenses abandonan sus compromisos con los acuerdos sobre el clima y el calentamiento global, más naciones altamente contaminantes podrían seguir su 'ejemplo' , lo que contribuiría a olas de calor desastrosas, al aumento del nivel del mar, a zonas asoladas por la sequía y al desplazamiento masivo de personas en la búsqueda de agua y de tierras fértiles, según manifiestan los expertos.

En opinión de Adam Sobel, científico del clima de la Universidad de Columbia, "la mayoría de la población estadounidense apoya la participación en el Acuerdo de París de Estados Unidos". Considera además que si se escabullen de sus compromisos con Naciones Unidas o con París "la historia nos juzgará con severidad".

Habrá que esperar a saber quien es designado por Trump para la Secretaría de Estado y si finalmente mantiene el compromiso de "aguas limpias" y "aire limpio", o bien defiende los intereses de petroleras y de las industrias del país, que supondrá un beneficio económico a corto plazo y un posible desastre para toda la humanidad si los países contaminantes se empeñan en seguir su ejemplo.