MADRID 31 Jul. (OTR/PRESS) -
A diferencia de lo ocurrido previamente en su ronda política, esta vez la foto no le salió movida a Zapatero. La cita con los representantes de patronal y sindicatos no le ha podido resultar más rentable. Al menos en términos de imagen, si recordamos que los portavoces de los partidos habían marcado distancias respecto al tratamiento oficial de la crisis económica.
No ha sido el caso de Díaz Ferrán (CEOE), Jesús Bárcenas (CEPYME), Cándido Méndez (UGT) y Feliciano Fidalgo (CC OO), que este martes pusieron su firma junto a la de Zapatero al final de un documento de diez folios titulado "Declaración para el impulso de la economía, el empleo, la competitividad y el progreso social".
Viene a recoger básicamente el diagnóstico y las terapias inscritas en el discurso del Gobierno sobre la crisis económica y el modo de afrontarla. Es el rasgo más relevante del acto del martes en Moncloa, planteado como arranque de una nueva etapa del diálogo social logrado en la pasada Legislatura. Ahora, con valor redoblado, justamente a causa del bache económico que estamos atravesando y que, según todas las previsiones, incluidas las del vicepresidente Solbes, será más hondo a lo largo del año que viene. Es el valor añadido del acuerdo por el que Gobierno, Sindicatos y Empresarios se comprometen a remar juntos para la recuperación del sistema productivo y el empleo. Aparte de las medidas concretas dispuestas en el acuerdo, están los elementos intangibles del mismo. Es decir, la confianza que traslada a la ciudadanía y a los actores del sistema el hecho de que los gobernantes, los creadores de riqueza y los representantes de los trabajadores digan que van a cerrar filas para reanimar la economía y crear empleo.
"Este documento va a transmitir confianza a toda la sociedad en general y a los empresarios y trabajadores en particular", declaraba después de la firma el presidente de la patronal española CEOE, Díaz Ferrán. No muy diferente del siempre voluntarista presidente del Ejecutivo: "Hoy es un día para la confianza", dijo. La coincidencia le romperá los esquemas a más de uno ¿Es que se han vuelto locos los empresarios al echarse en brazos del Gobierno?, se preguntarán. Porque no debe ser fácil combatir la idea de que Zapatero tiene la culpa de todo. A menos que los propios empresarios no estén por endosarle sólo al Gobierno el frenazo del crecimiento y la aceleración del paro.
Se trata de añadir el comportamiento responsable de los distintos agentes económicos al repertorio de actuaciones para salir de la crisis. Zapatero lo consiguió el martes. Lo que no había conseguido la semana pasada de Rajoy ni de los demás dirigentes políticos que pasaron por Moncloa.
Antonio Casado.