MADRID 21 Nov. (OTR/PRESS) -
¿Está obsesionado Zapatero con la posibilidad de obtener el Nobel de la Paz? La pregunta viene a cuento de los frentes pacificadores que el presidente del Gobierno se empeña en abrir, aquí y acullá, a partir de simples formulaciones retóricas. El presidente del Gobierno pasa del "proceso con ETA" a la Alianza de Civilizaciones, con escala en Oriente Próximo ,sin solución de continuidad y sin resultados. Zapatero se ha revelado como un contumaz hacedor de planes de paz que fabrica como churros. Lo mismo se enreda con ETA que prueba suerte en el avispero judeo- palestino. No hay obstáculos para el presidente del Gobierno empeñado en pasar a la historia como un gran pacificador. Sus "ansias infinitas de paz",como ha proclamado alguna vez con enorme énfasis y afectación , son ilimitadas en el tiempo y en el espacio.
En la reciente Cumbre Hispano-Francesa de Girona no se habló para nada de ETA a pesar de que la banda se ha rearmado y fortalecido económica y numéricamente tal y como reconoce la policía francesa. Ni siquiera asistieron los titulares de Interior , Pérez Rubalcaba y Sarkozy . ETA , ya no hay dudas, está aprovechando su "alto el fuego" para recuperarse de los golpes policiales y judiciales que la habían debilitado notablemente antes de iniciarse el proceso de negociación incierto e imprevisible en el que estamos. Zapatero , sin embargo, consideró menos comprometido y polémico sacarse de la manga un plan de paz para Oriente Próximo que comentar con Chirac el retroceso que su "proceso" ha experimentado en cuanto a la lucha contra ETA. No deja de ser irónico y simplista que quien no va a conseguir que ETA deje las armas en España, salvo que los terroristas y su brazo político, Batasuna, obtengan lo que siempre persiguieron con el tiro en la nuca y el coche bomba,( la autodeterminación , Navarra y la salida de sus presos), pretenda erigirse en mediador y pacificador de ese volcán en permanente erupción y origen de conflictos internacionales que es Oriente Próximo. No hay mas que remitirse a las reacciones de rechazo o indiferencia que la "pax zapateril" generó en Israel cuyo gobierno no olvida el numerito del pañuelo palestino, Estados Unidos que insiste en su "Hoja de Ruta", Gran Bretaña o Alemania para advertir el nulo éxito de la propuesta.
Da igual, Zapatero sigue empeñado en iniciativas "gaseosas" como la Alianza de Civilizaciones y planes de paz para Oriente Próximo, estériles y prescindibles por repetidos, no se sabe bien si por convencimiento o como una estrategia de distracción sobre la política exterior errática e imprecisa de su Gobierno.
Antonio Jiménez.