MADRID 24 Ene. (OTR/PRESS) -
El Gobierno tiene ahora mucha prisa en suspender las actividades del PCTV y de ANV. La explicación parece razonable: se dispone ahora de pruebas de las que antes se carecía, fundamentalmente obtenidas en la reunión de Segura (Guipúzcoa) interceptada por las fuerzas de seguridad en donde Batasuna celebraba una cumbre clandestina.
Los hechos tienen dos ángulos de observación: uno político y otro jurídico. Desde la vertiente política, son consecuencia del convencimiento generalizado -ahora también en el Gobierno- de que en el universo abertzale todo es un satélite de ETA; no hay nada que pueda gozar del coraje necesario para tener autonomía de la banda terrorista porque todos los engranajes supuestamente políticos no son más que herramientas organizativas y financieras de la maquina de matar que es ETA. Los que antes pensaban, con un optimismo a todas luces injustificado, que merecía la pena tener ese espacio político para un mundo abertzale en expectativa de evolución hacia la renuncia de la violencia, se han convencido de que sus deseos eran una ensoñación imposible.
Desde el punto de vista jurídico, lejos de la retórica de indignación sobre la falta de condena de los atentados terroristas, la Guardia Civil y la Policía han encontrado pruebas de que el dinero que reciben ANV y PCTV de las instituciones en donde participan va a parar en una gran parte a Batasuna, que es lo mismo que decir ETA. Esta colaboración organizativa y financiera es clave para considerar que esas organizaciones son una mera franquicia de Batasuna y que todas ellas no son más que una parte del entramado organizativo de ETA. Por último, aún cuando ahora la capacidad de desgaste del PP con el tema del terrorismo es limitada, el Gobierno con su celeridad está cerrando las posibilidades de que en campaña electoral el partido de la oposición le acuse de pasividad ante la presencia de las terminales de ETA en el mundo institucional.
Lo importante, lo verdaderamente sustantivo, es que la suspensión de actividades de estas organizaciones es el cerco final a ETA. La colaboración francesa y la eficacia policial son las otras puntas de un tridente que terminará con el dragón.
Carlos Carnicero.