Actualizado 17/01/2008 01:00

Carmen Tomás.- Tocada y hundida.

MADRID 17 Ene. (OTR/PRESS) -

Como dice César Vidal "corría el año..." En este caso habría que decir "corría el mes..." Concretamente el pasado octubre. Es decir, hace nada, cuando el presidente del Gobierno nos dijo a los españoles que los máximos de la bolsa demostraban que la crisis no afectaba a España. Fue en la rueda de prensa posterior al Consejo informal europeo celebrado en Lisboa. En esa comparecencia, Zapatero una vez más volvió a poner como ejemplo de fortaleza de nuestra economía, los buenos resultados de la bolsa.

¿Qué habría que decirle ahora que la bolsa ha perdido todo lo ganado en 2007? ¿Ahora que en cinco semanas ha perdido un 16 por ciento y que el IBEX está por debajo de los 14.000 puntos? La verdad es que se desploma la bolsa y se desploma como un castillo de naipes un dia tras otro el discurso triunfalista del Gobierno. Nos pretenden engañar con los precios, con el crecimiento, con el empleo. Nada nos cuentan de la falta de productividad, de competitividad, del déficit comercial, del déficit exterior, del endeudamiento de las familias y empresas, de la crisis del ladrillo. Incluso nos pretenden vender como bueno el año en materia turística, cuando apenas sube el número de turistas y cae el dinero que se dejan en nuestro país.

Atreverse a poner blanco sobre negro todas estas cifras oficiales no es de patriotas. ¿Pero qué decimos ahora de la bolsa? ¿Qué decimos de su afirmación tan rotunda como estúpida de que la fortaleza del mercado de acciones pone en evidencia lo bien que estamos?

La crisis de confianza entre los bancos, la falta de líquidez estrepitosa que se vive en el mundo está afectando a España y es una de las razones por las que la bolsa española, una vez que se han pagado los dividendos y los fondos cerraron su ejercicio, se ha comportado como los analistas venían pronosticando. No podía ser de otra manera que el mercado español estuviera en línea con lo que ocurre en el mundo. De hecho, ya muchos invesores hace días que se venían refugiando en la renta fija o en la deuda pública previendo la que se venía encima.

Ya antes de que Zapatero se metiera a gurú iluminado y fuera de la realidad, se veía venir. La falta de financiación para los proyectos empresariales y familiares, el volumen de la deuda privada y la caída de los precios de los inmuebles era un cóctel que tenía los días contados hasta la explosión. La situación económica está muy complicada y esperemos que de aquí a las elecciones el PP sepa transmitir a los ciudadanos (muchos ya lo viven en sus carnes) que hay problemas, pero también soluciones.

Carmen Tomás.

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