MADRID 5 Abr. (OTR/PRESS) -
Hace apenas unos días que ha sido nombrado la tercera autoridad del Estado y ya se mueve por el Congreso de los Diputados como pez en el agua. José Bono no ha parado desde que el pasado martes fuera elegido presidente de la Cámara Baja y en un tiempo record ha perfilado su equipo de colaboradores, algunos de los cuales han tenido un escaso margen de 24 horas para despedirse de su empleo anterior. Si de muestra vale un botón, el que será director de su Gabinete Miguel Angel Fernández Palacios ha tenido que viajar nada menos que desde el Congo, donde desarrolla su labor diplomática como embajador, para atender la llamada de su antiguo jefe. El diplomático, con un brillante curriculum -no en vano se convirtió en el embajador más joven de España- ya trabajó con Bono en su etapa de Defensa y no se podrá incorporar al cargo hasta dentro de unos meses, los necesarios para que el ministerio de Exteriores le busque un sustituto.
Algo menos complicado le ha resultado al que ya es su Director de Comunicación, José Luis Fernández, un hombre ligado al expresidente de Castilla - La Mancha durante una buena parte de su etapa autonómica, que también le acompañó en el Ministerio y al que muchas consideran su autentico "alter ego" y una de las personas que ha hecho posible no solo su excelente relación con los medios de comunicación sino su gran popularidad a la hora de lanzar mensajes a los ciudadanos. "Chunda", como se le conoce familiarmente, se había incorporado en los últimos meses a la televisión autonómica que dirige Jordi García Candau y ha tenido que hacer las maletas en cuestión de horas.
Otra de las personas que recupera de una antigua etapa es Ángel Valero, un catedrático de Filosofía que fue su jefe de gabinete hace años en el Palacio de Fuensalida y al que ha encargado la misión de ejercer de jefe de su secretaría. Pero si el nombramiento de su equipo se ha realizado en un tiempo récord su impronta personal no ha tardado en llegar e instalarse a la carrera de San Jerónimo. Desde el martes hasta el viernes no solo se ha reunido dos veces con el Rey, cumpliendo el protocolo previo a la investidura de Rodríguez Zapatero y ha convocado a la mesa del Congreso, también ha tenido tiempo de responder a centenares de llamadas telefónicas y de atender en persona a los estudiantes de tres colegios públicos de Barcelona, Huesca y Badajoz de visita en el Hemiciclo.
¿De dónde sois? Preguntó el presidente, el pasado viernes a mediodía, a un grupo de alumnos que escuchaban atentos las explicaciones del servicio de protocolo sobre las salas colindantes a la conocida zona de los pasos perdidos? De un pueblo de Badajoz que se llama Don Benito, le respondieron, momento en el cual su profesora aprovechó para afirmar que tal vez algunos de esos chavales algún día serían diputados. "Por supuesto -sentenció Bono- todo es cuestión de trabajo y esfuerzo. Yo tambien soy de un pueblo mucho más pequeño que el vuestro y ya me veis, aquí estoy", dijo mientras se despedía amablemente tras comentar que les tenía que dejar porque tenía una cita en la Zarzuela, cosa que provocó un murmullo de admiración entre la chavalería.
Pero su maestría política y su popularidad está ya haciendo estragos hasta entre sus adversarios. Tanto Josu Erkoreca, el mismo que hace unos días le llamó "cabrestro", como Duran i LLeida, representantes de los grupos nacionalistas que le negaron su apoyo para ser investido en la primera votación, han tenido palabras de elogio hacia el exministro en los últimos días. "Hay que reconocer que su discurso de investidura fue de un elevado nivel y da la sensación de que se ha guardado el traje de antinacionalista en el baúl y se ha puesto el institucional. Si eso es así, nadie duda de su valía politica y puede ser un buen presidente de la Cámara" me comentaba uno de ellos en privado. Pero independientemente de que el habito haga o no al monje, lo cierto es que el ex barón, el expresidente autonómico con mas mayorías absolutas en su haber, el excandidato al liderazgo del PSOE, el ex minsitro y ya flamante presidente del Congreso de los Diputados no deja indiferente a nadie. Los periodistas parlamentarios ya se relamen de gusto al pensar que "nos dara grandes tarde de gloria" y los más cercanos a este animal político ya padecen en carne propia el huracán Bono. Lo dicho genio y figura...
Esther Esteban.