Publicado 28/03/2024 08:00

Fermín Bocos.- El laberinto catalán del PP

MADRID, 28 Mar. (OTR/PRESS) -

Cuando faltan menos de dos meses para las elecciones autonómicas cuesta entender la parsimonia estratégica de la dirección nacional del PP en relación con Cataluña. Han estado mareando la perdiz para señalar a Alejandro Fernández como candidato tras fracasar algunas maniobras para descartarle. La última, la operación para ir del brazo con los restos del naufragio de Ciudadanos. ¿Piques de familia? ¿Egos mal entendidos?, vaya usted a saber.

El caso es que mientras Núñez Feijóo y su entorno recordaban con sus dudas la legendaria premiosidad con la que Mariano Rajoy afrontaba los problemas -la demora debilitaba la credibilidad del candidato-, los restantes partidos no solo tienen candidatos y estrategia de campaña sino que algunos -ERC y Junts- por tener, hasta tienen anunciado un nuevo desafío a la legalidad vigente proclamando que van a repetir un referéndum de autodeterminación.

Y mientras el PP de Génova sesteaba, Salvador Illa, el candidato del PSC, enfilaba con velocidad de crucero la campaña a pesar de la sombra de la compra, como poco irregular, de mascarillas durante la pandemia cuando era ministro de Sanidad. Un asunto feo que se torna oscuro dado el precedente del "caso Koldo" y la gestión de José Luis Ábalos que también tenía asiento en el Consejo de Ministros.

Ante ese panorama, ¿qué han hecho en la dirección del PP para intentar sacar ventaja? La verdad es que hasta el momento, poco. Cuesta entenderlo porque es mucho lo que está en juego en Cataluña. Porque aprovechando la precariedad parlamentaria de Pedro Sánchez los independentistas ya le están reclamando un referéndum -que no tiene cabida en la Constitución- y el cobro de todos los impuestos, que también desafía el marco constitucional.

Es un misterio saber por qué han esperado tanto retrasando dar prioridad a lo prioritario. Salvo que pensando en futuras operaciones y posibles pactos en el Congreso, en Génova -creyendo que en Junts queda algo de lo que fue Convergencia- le hayan estado dando vueltas a la cosa para decidir qué candidato de los populares en Cataluña molestaría menos a los separatistas. Ya sucedió una vez cuando, a petición de Pujol, Aznar les entregó la cabeza de Vidal-Quadras, el dirigente popular que había conseguido el mejor resultado en número de votos logrando 17 escaños en el Parlament. Cuesta creerlo, pero como enseña la navaja de Ockham, por lo general, la explicación más simple es la más probable.

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