MADRID 25 Dic. (OTR/PRESS) -
¡Menudo papel el del Rey, felicitar la Navidad en vísperas de la formación de un Gobierno que nacerá merced al apoyo parlamentario de ERC y en cuyo Consejo de Ministros se sentaran varios ministros de Podemos. Aunque algunos se han apresurado a borrarlos, de otros dirigentes de Podemos todavía se pueden leer en sus cuentas de tuiter lo qué harían sí de ellos dependiera el futuro de la Monarquía Española. Y qué decir de Esquerra Republicana, partido cuyo líder está en prisión condenado por un delito de sedición .
Semejante "regalo" de Reyes los españoles se lo debemos al ciudadano Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, partido cuyos dirigentes de entonces, hace sólo tres años, le obligaron a dimitir precisamente porque habían trascendido sus intenciones de pactar con los separatistas.
Sánchez no es un izquierdista como Alexis Tsipras, el que fuera primer ministro de Grecia, ni un ideólogo doctrinario como Jeremy Corbyn, el líder laborista británico que acaba de llevar a su partido a la peor derrota sufrida por el 'Labour' en los últimos veinte años. El actual líder del socialismo español no tiene una ideología precisa, o por mejor decir, de tener alguna es la que definiría su ambición de poder. Hace tres años, con Mariano Rajoy todavía en La Moncloa , Sánchez firmó un pacto con Albert Rivera que pretendía cubrir futuras expectativas de gobierno. Ciudadanos impuso una única condición: que el PSOE se alejará de la órbita de Podemos. El mismo Podemos liderado por un Pablo Iglesias que maquinaba iniciativas para conseguir el 'sorpasso' desplazando al PSOE en el liderazgo de la izquierda española.
Por aquél entonces Iglesias ni ocultaba su ideología comunista ni escatimaba elogios al régimen chavista de Venezuela. Otro tanto sucedía con Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, la última marca del histórico Partido Comunista de España. Hoy, el nombre de Alberto Garzón suena como posible ministro en el futuro Gabinete que estaría diseñando Pedro Sánchez. Tanto Iglesias como Garzón han defendido el derecho de autodeterminación y la celebración en Cataluña de una consulta como la que reclaman los independentistas de ERC. En las tres últimas semanas, Iglesias y los restantes dirigentes de Podemos han optado por guardar silencio, lo que indica que no quieren arriesgarse a meter la pata poniendo en peligro el regalo navideño de Sánchez, que se dispone a incorporarles al Gobierno de España en una vicepresidencia y en tres o cuatro ministerios. Nunca tan pocos (35 diputados) habrán recibido tanto. Hasta aquí nos ha llevado la ambición y, por qué no decirlo, la irresponsabilidad de Pedro Sánchez. Malos tiempos.