Actualizado 12/11/2010 13:00

Fernando Jáuregui.- Colores zapaterianos.

MADRID 12 Nov. (OTR/PRESS) -

Se va Zapatero a Seúl, a una reunión del G-20 -hay que reconocerle el mérito de habernos metido, aun con calzador, en el selecto club-, y desde allí nos hace partícipes, de nuevo, de su legendario optimismo. La 'economía verde' creará un millón de puestos de trabajo en España en diez años, dijo. Cien mil, es decir, cada año. Insuficiente, en todo caso, para cubrir las expectativas de cinco millones de personas sin empleo o con empleos tan precarios que bordean el límite de lo tolerable. Es uno más de los mensajes de ánimo que el presidente del Gobierno nos envía, uno más de los que le hacen perder credibilidad y ganar reputación de generar inseguridad jurídica.

Zapatero, hombre bienintencionado, tiene algo de visionario: cree en sus mensajes ecologistas, igualitarios, justicieros, positivos. Necesita verlo todo de color de rosa, y convencernos a los ciudadanos de que ese es el color predominante. Lo malo es que su optimismo antropológico no es lógico ni sus predicciones de bonanza se cumplen: puede que la 'economía verde' genere, en el futuro, empleos. Bellos empleos. En un futuro indeterminado. Hoy, lo que genera más empleos es la 'economía negra', esa que ni cotiza, ni se ve, aunque se note. Vaya si se nota.

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