Publicado 23/09/2021 08:00

Fernando Jáuregui.- Pablo e Iván hacen unos bolos

MADRID, 23 Sep. (OTR/PRESS) -

Sorprende, sin duda, ese spot en el que nada menos que un ex vicepresidente del Gobierno del Reino de España aparece lamiendo una bola (de bolera, sí) para anunciar... una próxima entrevista concedida por el ex mago de la imagen de Pedro Sánchez al gran periodista y mejor publicista Jordi Évole.

O sea, Pablo Iglesias de hombre-anuncio, 'reencarnando', ejem, a Jeff Bridges en 'El gran Lebowski'. De telonero de Ivan Redondo, en la que quiere anunciarse como 'la entrevista del siglo': Évole interrogando al impenetrable Iván. El pasado inmediato que regresa, de la mano del hoy aspirante a 'periodista crítico' Iglesias, para que presuntamente Redondo cuente al periodista-estrella algunos secretillos que aprehendió durante su estancia en La Moncloa.

Antes, con perdón, las cosas eran más serias.

La manía de los ex --vicepresidentes, ministros, presidentes de autonomías-- por copar tertulias radiofónicas y televisivas da, así, impulsada por Evole, que consigue lo que otros no, una nueva vuelta de tuerca: Redondo, con su amigote Iglesias haciendo bolos, nunca mejor dicho, para anunciar que el ex gurú va a abrir su alma ante la indiscreta cámara de una televisión y el inquisidor micrófono del periodista-espectáculo.

¿Qué nos contará aquel que, creyéndose omnipotente antes de que el verdadero poderoso le diese una patada en salva sea la parte, presuntamente tantas cosas sabe, cosas que la opacidad monclovita, especialmente cuando Redondo andaba por allí, nos veló a nosotros, simples mortales?

Me atrevo a pronosticar que el Godoy de Carlos Sánchez IV dará un titular, dos como máximo, y se guardará para sí la chicha, sabedor de que nada valdrá si revela todos los secretos, cotilleos e irregularidades presuntas que sabe. Sigo suponiendo que el ex valido del monarca absoluto Pedro Sánchez algo reservará para ese libro que dicen --a ver si se lo confirma a Jordi-- que ya ha comenzado a escribir, quizá para temor de Sánchez, aunque yo creo que la tónica en La Moncloa será la indiferencia ante un posible 'volumen Redondo': pienso que más bien el inteligente Iván, que sabe lo que le conviene y lo que no, lisonjeará al presidente, lejos de criticarle.

La cosa, en realidad, tiene poco recorrido, más allá del fogonazo en la noche en la que el programa se emita. Lo que yo me pregunto es si Iván piensa que es ético utilizar el cargo (público) que detentó --sí, detentó--, la 'información reservada' acumulada, para promocionarse en su próxima etapa, no sé si como autor de unas memorias o/y como consultor áulico de otros mandatarios, nacionales o, más probablemente, extranjeros, que aquí tiene ya poco que hacer.

El debate sobre la estética de toda esta movida, o incluso sobre la ética, está abierto. A mí, conste, todo lo que sea incidir algo, aunque sea poco y sesgadamente, en la transparencia, me parece bien; ya se sabe que noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique, y sin duda muchos de esa 'clase política' instalada en la alfombra roja almacenan bastantes cosas que para nada desearían que se divulgasen.

Lo que nunca entenderé es el papel del hombre de la bolera. Que, se lo voy a recordar a usted, fungió durante más de un año como el 'número dos', en la práctica --ya sé que oficialmente era Carmen Calvo, que hoy también anda en tertulias--, del Ejecutivo de la que aún se considera la décima potencia del mundo mundial. Lo dicho: antes, la puesta en escena parecía menos... ¿cómo lo diría?¿circense? Es la hora de los payasos; pasen y vean.

fjauregui@educa2020.es

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