MADRID 15 Dic. (OTR/PRESS) -
Ha pasado del todo desapercibido, porque los sabuesos de la prensa andaban en otra cosa -atacando a los jueces Del Olmo y Gómez Bermúdez, por ejemplo-, pero a veces hay que mirar los imágenes de la prensa, aunque estén en página par. Me refiero a esa fotografía de Zapatero en la 'cumbre' de Lisboa, tan conmemorativa, del 'nuevo' Tratado de la Unión, tan ceremoniosa. Vean, vean las fotos de grupo: ZP está como ausente, aislado. Siempre es lo mismo en estas reuniones de la UE: el hombre del talante de León no acaba de 'entrar' en esa eurofamilia, tan peculiar que solamente hay una mujer de rojo, la Merkel, entre cincuenta varones vestidos de oscuro.
Claro que nadie ha hecho, acá por estos lares, maldito el caso a la 'cumbre' europea, pero no deje usted de mirar atentamente a ese ZP, también de oscuro y con corbata que parece regalo de banquero (o sea, roja), que anda sin duda perdido en los meandros de la campaña electoral que viene, en lo que dicen las encuestas, quién sabe en qué anda pensando nuestro presidente. En todo, menos en Europa.
No, no triunfa Zapatero en estos encuentros internacionales. No está acostumbrado, pese a los casi cuatro años pasados en el sillón del poder, a este galimatías de diplomacia de estilete, a este Babel de idiomas que no entiende. Y se le nota en la soledad del gesto, siempre testigo silente, jamás protagonista.
Y, hablando de política exterior. El otro gran protagonista de la campaña electoral que se nos echa encima, Mariano Rajoy, a todo esto, en Argentina. Ya le ha costado al líder de la oposición subirse al avión para ir a ver, en qué mal momento, cuando acusan a la dama de haberse financiado la campaña con dinero de Chávez, a Cristina. La Cristina mundial, la Kirchner. También tiene pendiente una visita a su correligionario mexicano Felipe Calderón, una visita que no se sabe bien por qué aplazó bruscamente meses ha. No, tampoco Rajoy triunfa en los foros internacionales. Ni siquiera aunque hablen en español. Es la maldición que persigue ahora a nuestros líderes políticos: que no acaban de encontrar su sitio en el mundo mundial.
Fernando Jáuregui.