Publicado 03/01/2019 08:01

Francisco Muro de Iscar.- Hablar no es gratis, ceder, tampoco

MADRID, 3 Ene. (OTR/PRESS) -

Contra lo que predican algunos, contra lo que vienen haciendo los políticos españoles de estos últimos años, hablar no es gratis. El deslizamiento peligroso de la democracia hacia una política de palabras, vacía de programas y de ideas, pone riesgo la esencia misma de la democracia.

Decir una cosa y la contraria, proponer medidas que todos sabemos que son imposibles, echarse al monte del populismo con afirmaciones falsas, desdecirse permanentemente de lo dicho, culpar siempre al otro sin un mínimo atisbo de autocrítica, puede dar titulares de prensa y televisión, incluso votos en algunas elecciones, pero es un camino recto hacia la descalificación de todos los políticos y, sobre todo de todas las instituciones.

Con actuaciones como las que han venido teniendo nuestros políticos- insisto, de cualquier signo, de cualquier color, nuevos o viejos- se multiplica la desconfianza de los ciudadanos en la política, en las instituciones que la sustentan y, por supuesto, en lo partidos que nos representan.

Y ese caldo de cultivo, lo único que trae es más populismo, más extremismos, más inseguridad. Ha sucedido en Italia, ha sucedido en Francia y empieza a pasar en España.

Se dice que el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. El presidente Sánchez es experto en una política de gestos que no antecede a ninguna política de hechos. Lo ha prometido todo sabiendo que no tenía ni capacidad ni votos para hacer casi nada y ha dado marcha atrás también en casi todo por la misma razón, aunque eso sí echando siempre la culpa a los otros.

Y también, con el silencio culpable de los otros líderes de su partido que aguantan cualquier propuesta absurda sin críticas, ni siquiera internas. Ahora, en este 2019 recién empezado, Sánchez tiene la prueba de fuego. O aprueba los Presupuestos o convoca elecciones más pronto que tarde.

Y para aprobar los Presupuestos necesita inexcusablemente los votos de ERC y del PdeCat. ¿Qué precio está dispuesto a pagar por mantenerse en el poder unos meses más? ¿Qué nos va a costar a todos los españoles y, especialmente, a los que en Cataluña están defendiendo la Constitución frente al independentismo?

La respuesta la tiene Sánchez, sólo Sánchez, y no parece que esté dispuesto a la transparencia. El problema catalán se tiene que solucionar con la aplicación de la ley, primero, y con el diálogo, siempre, pero hablar no es gratis. Siempre lleva detrás compromisos y promesas algunas de las cuales pueden ser imposibles constitucionalmente.

Traspasar esa línea roja de la ley, insinuarlo, incluso, significa pérdida de votos, como hemos visto en Andalucía.

En pocos días vamos a ver qué está dispuesto a ceder el presidente Sánchez a cambio de unos votos, hasta dónde quiere llevar el diálogo con quienes sólo quieren hablar de independencia, qué espacio abre para hablar con los partidos constitucionalistas en esta cuestión de estado y si el partido que le sostiene acepta cualquier cesión, especialmente en vísperas de unas elecciones locales y autonómicas que pueden dañar profundamente el poder actual del PSOE. Hablar no es gratis, Ceder, tampoco.

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