MADRID 29 Ene. (OTR/PRESS) -
Posiblemente no haya habido otra campaña como ésta, tan abundante en propuestas y contrapropuestas electorales. Las cuestiones de aportación, o de no aportación, al Estado son las más recurrentes. Rajoy propone una reforma fiscal, y Zapatero mejora la oferta apenas 24 horas más tarde. Ahora, está por ver cómo se concretas otras ofertas y contraofertas: Rajoy promete la creación de 2,2 millones de empleos. ¿Cuántos prometerá Zapatero, mejorando su propia propuesta inicial? El PP promete 400.000 guarderías. ¿Y el PSOE qué dirá sobre el particular? Y quedan por concretas las propuestas sobre aplicación de la ley de Dependencia, y nunca se sabe si los políticos llegarán a abordar la cuestión más delicada de la financiación autonómica, o de la financiación de los ayuntamientos, que están viendo cómo la crisis "del ladrillo" se ceba particularmente en ellos...
Junto con esas promesas-compromiso en evidente puja, hay nuevas declaraciones no menos apasionantes. Mariano Rajoy sigue desgranando sus planteamientos personales, no sin sorpresas: Promete ser un presidente previsible, patriota, independiente, moderado y resolutivo, y explica que hace cuatro años estaba encorsetado, ahora es feliz "porque soy yo mismo". Cuenta también: No me pregunto qué haré si pierdo. Tengo la convicción de que voy a ganar. Soy una persona bastante equilibrada. Ni tengo grandes euforias ni ninguna depresión. Y en materia de propuestas asegura: "Suprimiré la Oficina Económica del presidente porque sólo ha servido para hacer tráfico de influencias -¿se refiere al tiempo que la dirigió José Barea?-, intervenir en la vida de las empresas y deteriorar la imagen de España en el exterior. Si hiciera alguna modificación a la Ley de Matrimonio Homosexual, sólo afectaría al nombre y no a los derechos y obligaciones que establece. -En el caso de que hiciera, matiza. A eso es a lo que me comprometo. Conseguiré que hablen inglés los hijos de todos y no sólo de los que se lo puedan permitir. No consentiré que se pueda pasar de curso de matute. Eso es engañar a los niños y hasta a los abuelos... Perfectamente previsible y moderado, no hay duda.
Hay otras declaraciones de dirigentes políticos en campaña. Jesús Caldera sostiene que las elecciones no se dirimen en la economía, se deciden en los valores. Habrá un mejor crecimiento pero eso no significa un crac. Este gobierno es el que mejor ha entendido a Cataluña. Habrá una alta participación. El tono emocional es muy elevado . A su vez Juan Costa dice que a los españoles les preocupa la economía, pero también ETA y España. Todo el mundo, excepto Zapatero y Solbes, sabe que la economía no va bien. No se puede hacer programas pensando en otras fuerzas políticas. En Rajoy se pede confiar. De Zapatero no se puede fiar uno. Por su parte, el ministro de Defensa José Antonio Alonso explica que toda posibilidad futura de diálogo con ETA quedó enterrado bajo los escombros de la T-4. Advierte Manuel Pizarro que el dinero no va a países donde no se puede salir a la calle. Señala Gaspar Llamazares que Zapatero aplica las medidas de Bush. Y la recién llegada de Estrasburgo, Ana Mato entiende que "en el PP no estamos para debatir si queremos un puesto u otro. Y que la ley de Dependencia y la de Violencia de Género son los dos grandes fracasos de Zapatero...
¿Hay quién dé más?, se pregunta un diario gratuito, y otro asegura que ZP promete devolver 400 euros "al año" a cada contribuyente si gana... Generosidad, sí, pero no tanta...
José Cavero.