Actualizado 05/03/2008 01:00

José Cavero.- Vencedores todos

MADRID 5 Mar. (OTR/PRESS) -

Nadie duda de que la oferta de los debates electorales tiene una estupenda aceptación de la ciudadanía, y que privarla de estos elementos de comparación entre los líderes es un desconsideración inadmisible para esa misma ciudadanía con derecho a saber lo que cada cual piensa sobre las propuestas. Precisamente, se había reclamado que los candidatos expusieran sus propuestas, y así intentaron hacerlo, salvo que las viejas querellas de toda la legislatura recién terminada no terminan de despejarse y vuelven a la controversia: 11-M, Irak, diálogo con ETA...

Por lo demás, nos indican las audiencias que se ha rebajado de manera notable desde el primero al segundo debate, algo más de un millón menos. Hay evidente riesgo de fatiga, y tampoco se puede esperar que los candidatos ofrezcan siempre un espectáculo renovado y vistoso... Aunque no faltaron riñas e intercambio de acusaciones ambos aprendieron de sus errores previos: Zapatero dio más propuestas y Rajoy no aplacó su agresividad y asedio al adversario, que en algún momento pudo parecer que se cansaba ya del implacable enemigo. ¿Hubo propuestas? Sin duda, y debate intenso, que es lo que cabía reclamar. Y luego, el Supremo, que decidía afianzar el bipartidismo vigente y "rampante". No hay lugar para terceros, y Llamazares, Durán y Urkullu tendrán que comer en otra segunda mesa, tal vez con algunos otros invitados de ERC, BNG, Chunta, Na-Bai...

Desde luego, no hay duda de que la supremacía en la legislatura que termina ofrece una prima de presencia y de protagonismo de cara a la formación de las Cortes que vienen. Y es del todo probable, como ya lo han anunciado las encuestas, que ese bipartidismo "creciente" aumente aún más en la próxima legislatura, y cedan puestos esos grupos minoritarios, empezando por IU, y siguiendo por los nacionalistas catalanes, aragoneses y gallegos. Los andaluces ya hace algún tiempo que desaparecieron del panorama político... ¿Eso es bueno? Probablemente es inevitable, pero iniciativas como ese debate a dos potencian una situación que indudablemente reduce las opciones y las voces políticas.

Por lo demás, cabe poner de relieve, en la crónica de esta campaña, el nuevo rechazo que ha cobrado Pizarro entre los empresarios catalanes, a quienes-cuenta la crónica de 'La Vanguardia'- llegó a llamar sablistas. La gran estrella del PP en esta campaña parece que ha defraudado considerablemente. Por el contrario, parece subir enteros Esperanza Aguirre, en la sombra de un Mariano Rajoy que posiblemente se vea forzado a cambiar de oficio, si se confirman las previsiones electorales. Es evidente que está luchando hasta el final, e incluso en ocasiones como el pos-debate del lunes, reaparece un Angel Acebes que tampoco se resigna a un progresivo oscurecimiento y apagón que muchos ya consideran inevitable, y que llegan a decir que debió hacer sido imprescindible tras el 11 y 14 de marzo de 2004. Pero eso es adelantarse a los acontecimientos. Aun quedan los días finales de una campaña ha agotada y exhausta.

JOSÉ CAVERO

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