Luis Del Val.- La reflexión de los políticos

MADRID 7 Mar. (OTR/PRESS) -

El llamado día de reflexión se supone que es para todos, incluidos los políticos, quizás los más necesitados, después de algunas irreflexiones deslizadas en la campaña. ¿Puede reflexionar un políticos? Teóricamente se le paga para eso, aunque durante el celo electoral las bajas pasiones y las altas emociones produzcan una imagen desequilibrada.

De cara a la galería aparecerán más irreflexivos que nunca, porque todos habrán ganado: en votos, en diputados, en influencia, en prestigio, en relatividad respecto a los medios, etcétera. Ahora bien, de puertas para adentro tendrán que leer con frialdad ese resumen de ímpetus, cálculos e ideologías reducido ya a pura y fría aritmética. De la misma manera que los ardores deportivos de un atleta y su marasmo de sentimientos se condensan en los minutos de la carrera o en la longitud de lo saltado, así también, un enorme trabajo de centenares de personas se reduce a un número de escaños. Sea cual sea el resultado no parece que se vaya a producir una victoria aplastante. Pues bien, de la misma manera que el derrotado debe reconocer caballerosamente el triunfo del adversario, el ganador debe pasar a la fase de consideraciones racionales y observar que quienes no le han votado y sus legítimos representantes son también españoles a los que no se les puede despachar, por muy tranquilizador que eso pudiera resultar para elecciones futuras. Son esas personas para las que el lunes nada ha cambiado: siguen sin coche oficial, continúan con su puesto de trabajo, de momento, y, entre sus preocupaciones no está saber quién va a ser ministro de Industria, ni director general de Transportes, sino aspectos tan cotidianos como la marcha de los estudios de los hijos, la perspectiva de un diagnóstico sanitario o la organización de las vacaciones de Semana Santa. Enviscados los unos en la ocupación de cargos y, los otros, en el lametón de las heridas parece que no va a quedar mucho tiempo para la reflexión con la falta que les -nos- hace.

Luis Del Val.

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