MADRID 16 Dic. (OTR/PRESS) -
Según parece, la banca española no sabe qué hacer con 16.000 millones de euros. Los fabulosos beneficios que ha obtenido en los últimos cuatro años la tienen en un sinvivir, pues aunque ha repartido colosales fortunas anuales entre sus directivos, ha reservado un dineral para contingencias y ha regado con buenos dividendos a los accionistas, le quedan por ahí 16.000 millones de euros que no sabe qué hacer con ellos. Tampoco los puede meter en el banco, que es donde están y donde al parecer ya no le caben.
Los bancos no tienen ideas, sino sólo avaricia, pero millones de españoles sí que acertarían a pensar qué puede hacer la banca con toda esa manteca que le sobra. ¿16.000 millones? A ojo de buen cubero y haciendo la cuenta de la vieja, una buena parte de esos millones de compatriotas darían, en un segundo, con la solución a ese problema tan gordo que tiene la banca: 112.000 viviendas. Sí, señor; mediante ese sencillo procedimiento, la banca podría desembarazarse de esa carga dineraria que le agobia, y además de quedar los banqueros como gente de bien y como buenos patriotas, tendrían asegurados nuevos ingresos en el futuro.
Lógicamente, las viviendas construidas con esos 16.000 millones que le andan estorbando se entregarían gratuitamente a las personas que las necesitan, que son legión, y luego, además, la banca podría hacer lo que más le gusta, ganar dinero, con el cobro de un simbólico alquiler, no sé, 300 euros mensuales, aunque lo suyo, y pues se trata de un dinero que le sobra, es que las entregara en propiedad a la gente, sin alquiler ni gaitas.
Teniendo en cuenta que lo que le falta a la mayoría se corresponde exactamente con lo que le sobra a una minoría privilegiada, pues la transferencia del dinero de los pobres a los ricos ha sido y es brutal e incesante, ésta masiva construcción y entrega de viviendas significaría, lisa y llanamente, una devolución. ¡Ay, si la banca tuviera ideas! ¡Ay, si tuviera conciencia o corazón!