Ramón Pi.- Desde la libertad.- Muerte súbita, prisas súbitas

MADRID 27 May. (OTR/PRESS) -

Tras la súbita muerte del magistrado del Tribunal Constitucional Roberto García Calvo, a este organismo parece que le han entrado unas prisas no menos repentinas por zanjar los recursos presentados contrra el Estatuto de Cataluña. Como se sabe, desde el solo anuncio de posibles recursos se desató una sucesión de presiones sobre el TC por parte de los separatistas, amenazando con toda suerte de males para España si se tocaba una sola tilde del texto aprobado por poco más del 30 por ciento del censo electoral catalán. Estas presiones y amenazas no han cesado en todo el tiempo que el TC ha venido incumpliendo los plazos que la Ley determina para resolver.

Parece que, en principio, todos deberíamos alegrarnos mucho de que, por fin, al Tribunal Constitucional le haya entrado la comezón de cumplir la ley que regula a la institución. Sin embargo, me parece que más bien hay motivos para alarmarse, porque son demasiados los indicios de que las prisas no obedecen a ningún propósito de la enmienda, sino que sólo se trata de correr todo lo posible para aprovechar que, gracias al fallecimiento de García Calvo, ya vuelve a ser determinante el voto de calidad de la presidente, María Emilia Casas, a favor de la tesis de no declarar la inconstitucionalidad de ese Estatuto, y hacer una sentencia "pastelera", que deje su adecuación a la Constitución según cómo se interprete en cada caso.

No sé por qué, pero me da la impresión de que, con cosas como ésta no se favorecen ni la estabilidad del sistema, ni la seguridad jurídica, ni el Estado de Derecho, sino que más bien se lesionan todavía más de lo que ya están. Aunque, eso sí, siempre nos quedará el consuelo de que la sentencia estará llena de grandes palabras. Como la de la expropiación de Rumasa por Decreto-Ley, sin ir más lejos.

Ramón Pi.