Por Gustavo Suarez Ojeda (OTR/PRESS)
La película 'Little Spain' se gestó en el edificio con el que contaba la antigua Spanish Benevolent Society en Nueva York, en el número 239 Oeste de la calle catorce en el distrito de Manhattan.
Artur Balder fue invitado a realizar un proyecto sobre la historia del barrio y de La Nacional a consecuencia de su amplio currículo como escritor, si bien de novela histórica, una persona que contaba con el conocimiento ‘técnico’ para diseccionar una historia que ya casi pertenecía a la leyenda en Nueva York. Esta decisión fue aprobada por el ‘board’ de La Nacional, y particularmente apoyada por su entonces asesor legal y actuar director ejecutivo, el abogado Robert Sanfiz.
Fue a raíz de esta decisión, que Artur Balder tuvo su oficina de producción en el apartamento 1 del mismo edificio, y desde allí en estrecha colaboración con Robert Sanfiz y con La Nacional se llevó a cabo el proceso. Por lo tanto, la película contó con la colaboración oficial y tácita de lo que quedaba de la La Nacional, y de hecho fue grabada, entrevistas incluidas, en el mismo edificio.
La película pasó por numerosas pruebas, inclusive con el derrumbamiento de una parte del techo de dicho apartamento uno, hecho que no causó víctimas pero que sí que ocasionó importantes perdidas materiales. La Nacional, en esos tiempos como en otros siempre en pésimas condiciones económicas, se enfrentaba a un edificio antiguo y en necesidad de reparaciones fundamentales.
Hoy el destino del edificio ha sido el inevitable y poco glorioso en Manhattan: ser un restaurante más de los cientos que jalonan la calle 14. Pero la historia de Little Spain es mucho más rica e interesante, si bien poco o casi nada queda de todo ello ya hoy en día, como el propio narrador de la película -el propio Sr. Sanfiz a juzgar por el timbre de la voz- describe como una sucesión de bares, delis, restaurantes y tiendas de moda, como se puede ver siguiendo este enlace: http://www.spanishamericansociety.org/index/en/SPANISH+AMERICAN+SOCIETY+/BUY+FILMS+-+COMPRAR+PEL%C3%8DCULAS/
Lo primero que Balder consideró oportuno fue, por supuesto, contar con los archivos propios de La Nacional, pero estos no bastaban. Aquí radica el valor fundamental de la película documental ‘Little Spain’, la cual, sin exceso de visión personal, cuenta con un gran archivo fotográfico el cual excede en gran medida el muy limitado archivo de La Nacional.
En el entorno de la calle 14 todavía quedaban residuos fotográficos de esta época ya pasada, pero lo cierto es que en aquellas décadas en las que no había cámaras por doquier como en nuestros días, las fotos de las calles eran las más difíciles de obtener, por concentrarse las tomas familiares en aspectos de la familia de los inmigrantes. De este modo, Artur Balder reveló con la película un archivo inigualable. Si además tenemos en cuenta la mayor parte de las fotos de las calles de Little Spain fueron adquiridas por la productora, estamos pues ante una pieza de colección fílmica inimitable, no solo en el aspecto de aportación de prueba documental.
De este modo, la película es un documento. Además y por encima de la noción de documental en el sentido clásico de la definición: aquí el director se aleja de modas y de tendencias, para aproximarse a los documentales de mediados del siglo XX, como situando a los personajes que comparten sus memorias en el estricto marco visual de la época que retratan y que rememoran con esas fotografías antiguas.
El propio Donald Kuspit destacó en la edición norteamericana de The Huffington Post y en la edición de El Cultural que la película es ‘una especia de obra maestra en la que el director demuestra que el montaje es un arte en sí mismo’, porque realmente el cómo lo es todo a la hora de perfilar un trabajo personal e indiscutible.
Especialmente acertadas son sus indicaciones sobre la tendencia española, aunque se hace necesario destacar un aspecto fundamental de la película de Artur Balder, y es el hecho de que no cae, posiblemente gracias a su independencia como director, en el error de vender la historia del Little Spain neoyorquino como una unilateralidad española: el Little Spain de Nueva York era el lugar donde la inmigración española se encontraba con la latinoamericana, y no hay historia de Little Spain netamente española, esta es una falsa concepción que se aleja y mucho de la realidad, pues la convivencia con otras migraciones de origen latinoamericano, y especialmente la mexicana, es evidente desde el principio.
Gustavo Suarez Ojeda, Presidente de la Agrupación de Criticos y periodistas de teatro y cine de México.