MADRID, 19 Feb. (Portaltic) -
Decir que los youtubers en sí mismos son un fenómeno negativo o que la calidad de sus contenidos es terrible sería un error comparable a decir que la televisión y el cine son basura. YouTube es un canal donde todo tiene cabida, donde hay calidad -en ocasiones, asombrosa- y cuyo potencial es ilimitado. Claro, que eso no quita para que algunos de los contenidos que mejor funcionan sean, efectivamente, basura.
Las críticas a la mayoría de los contenidos que arrasan en la web de vídeos de Google o a algunos de los youtubers más populares del mundo no es algo nuevo. No hay más que pasear por foros o Twitter para encontrar a numerosos usuarios que lo critican y confiesan que es un fenómeno que "les ha pillado mayores" porque no entienden su enorme éxito.
Por eso es positivo que Verne haya puesto sobre la mesa la opinión de alguien de la posición, el prestigio y, por qué no, la edad de Boyero. La suya es una opinión con la que millones de personas se sienten identificadas.
Su opinión no puede ser más crítica. "No tiene ni puta gracia", dice antes de reconocer: "puede que tengan (los espectadores de estos canales de YouTube) unos gustos diferentes de los míos". No le falta razón a Boyero. Está claro que la nueva generación de espectadores que ha dejado de lado la televisión para ver contenidos en YouTube tiene otros gustos.
Muchos padres o amigos con hijos pequeños e incluso adolescentes, estarán más que familiarizados con esto. Sus hijos han dejado de ver la televisión convencional y no son esclavos de la "imposición" de las cadenas de televisión con sus contenidos programados, ni están sujetos a horarios. Pueden ver lo que quieren y cuando quieren.
Lo preocupante del asunto, de la enorme popularidad de ciertos contenidos en YouTube, no es el cambio de modelo en el "consumo televisivo" en sí mismo. La flexibilidad y la capacidad de elección son, sin duda, buenas noticias. Lo preocupante es la pobreza tanto en forma, como en fondo, de la mayoría del vídeos y los más populares youtubers. Incluso lo "nocivo" de ciertos contenidos.
Boyero dice esto al respecto:
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"Que la capacidad de atención se dedique a esto... pienso lo que se están perdiendo y por otra parte me da mucho miedo que sus ídolos y su imagen de la creatividad sean los personajes estos que he visto haciendo monerías al parecer irresistibles delante de la cámara.
(...)
Si llego a ver esto colocado, podría haber dado crédito, pero viéndolo completamente sobrio y después de darme sus audiencias... flipo".
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El problema es, precisamente, este. Que son estos contenidos con los que se están formando muchos niños y adolescentes; y no solo no aportan absolutamente nada desde un punto de vista cultural, sino todo lo contrario.
"A mí me divierte" o "solo es entretenimiento" suelen ser argumentos para defender estos contenidos, pero no todo vale. Normalmente, estos han sido los mismos argumentos esgrimidos para defender la televisión basura, a falta de otros.
Muchos youtubers son a los adolescentes lo que los 'reality-shows' de convivencia a los adultos... Contenidos vacíos e, incluso, perjudiciales. Si lo único que aporta un contenido es fomentar la vaguería, el cotilleo, el sexo gratuito, la estulticia, las palabrotas o malos hábitos, no solo no suma, sino que resta. El entretenimiento puro y duro está bien, pero no puede ser lo único que consuma un espectador y, mucho menos, si lo único que aporta es negativo para la formación de una persona.
Viendo los datos de audiencia de los 'reality-shows' y ciertos canales de YouTube, sin duda tenemos la televisión y el YouTube que nos merecemos. Porque darles la espalda es tan sencillo como no verlos y, si no se viesen, seguro que sus responsables cambiarían lo que ofrecen.
En este sentido, ten en cuenta que quizá no puedas controlar que tu madre o tu abuela vea el debate del último 'reality' de éxito, pero sí que está en tu mano -y es tu responsabilidad- educar a tus hijos para que estas "memeces", tal y como las describe Boyero, no sean lo único que ven. Es necesario que vayan más allá y conozcan un buen guión, unos valores enriquecedores, una banda sonora bien elegida, la conmovedora interpretación de un actor, una historia real inspiradora... Muchas cosas que probablemente no conozcan nunca en ciertos canales de YouTube.
Aquí tenéis el vídeo en el que Carlos Boyero opina sobre los 'youtubers':
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