Antivacunas: una enfermedad que juega con nuestra salud

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Europa Press PortalTIC
Actualizado: martes, 15 septiembre 2015 14:12

Riesgo

Antivacunas: una enfermedad que juega con nuestra salud

MADRID, 4 Jun. (Portalgeek) -  

   El caso del niño de 6 años de Olot (Girona) ingresado en estado grave en la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona por difteria, enfermedad ya erradicada en España de la que no estaba vacunado, ha dado mucho que hablar. Y con razón. Muchos padres que defienden el movimiento "antivacunas" por considerarlo antinatural optan por no vacunar a sus hijos alegando que "las vacunas no son obligatorias".

   En consecuencia, muchas enfermedades erradicadas regresan. Las vacunas han sido una de las causantes de que nuestra esperanza de vida haya aumentado y de la desaparición de cientos de enfermedades. En la actualidad son cada vez más las enfermedades que se pueden prevenir gracias a este sistema. Aún así en los últimos tiempos las vacunas se están viendo amenazadas por un espectro de miedos, desinformación y propaganda en la que abunda la falta de conocimiento.

   Este movimiento que en los últimos suma cada vez más seguidores  surgió en el año 1998 por una investigación de Andrew Wakefield sin base científica que decía que había niños que eran autistas como consecuencia de la vacuna Triple Vírica del sarampión, rubéola y parotiditis.

INTERNET Y LAS REDES SOCIALES

   En la actualidad el impacto de creencias y las mentiras sobre las campañas de vacunación se multiplica gracias a Internet y las redes sociales. Muchos padres son capaces de recapacitar y vacunar a sus hijos; otros, en cambio, prefieren vivir en un mundo en el que por falta de información veraz ponen en peligro no solo su vida y la de sus hijos, sino la de toda la sociedad.

   Una mujer que ahora mismo es una gran activista a favor de las vacunas escribió su propia experiencia en el blog "Voices for Vaccines". Antes de ser como es ahora fue una madre antivacunas. Cuando su hija mayor tenía cerca de cuatro meses un amigo de la familia le recomendó que leyera el prospecto para conocer los efectos adversos de determinadas vacunas.

   Por curiosidad la afectada decidió buscar en Google y según su testimonio se quedó "muy sorprendida" con los resultados ya que en ningún momento se esperaba encontrar ciertos componentes en las vacunas. Asegura que en ese momento no entendía nada de lo que leía pero que aún así se sentía aterrada por lo que decidió decirle al médico que quería investigar y conocer más antes de vacunar a su hija.

   Más tarde reconoció que su investigación era muy sesgada ya que iba con ideas preconcebidas. A pesar de que todos los datos obtenidos de esta investigación venían de fuentes no científicas, esta familia decidió seguir confiando en esta teoría.

   Cuando dio a luz a su segunda hija decidió no vacunarla. Es más, se enorgullecía de esta decisión. Posteriormente y después de seguir investigando durante mucho tiempo, esta joven decidió cuestionar su posición respecto a las vacunas y buscar la verdad respecto a este tema.

   Al final se dio cuenta de que no podía seguir negando a la ciencia y que los médicos no son malos, los científicos no están tratando de matar a sus hijos ni los investigadores de vacunas quieren estafar a la sociedad por tener un par de millones de más en sus bolsillos.

RETROCESO EN LA ERRADICACIÓN DE ENFERMEDADES

   Por casos como este, en nuestro continente hemos retrocedido más de una década en la lucha contra enfermedades casi erradicadas en el cambio de siglo y que hoy por esta ideología han vuelto a aparecer. La mayoría de estos mitos han sido desmentidos por la Organización Mundial de la Salud en páginas como esta (http://www.who.int/features/qa/84/es/).

   Que las vacunas no son necesarias por que las mejores condiciones de higiene  y saneamiento harán desaparecer las enfermedades; que conllevan algunos efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen que la vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, así como la vacuna antipoliomielítica, pueden provocar el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS) o que la administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos, que a su vez pueden sobrecargar su sistema inmunitario son solo algunos de los mitos que han provocado que cada vez sean más las personas que se sumen a este movimiento.

 

   En este mapa el Council on Foreign Relations (CFR) norteamericano representa los brotes de sarampión, paperas y rubeola; enfermedad que se previene con la vacuna de la Triple Vírica. Estos brotes son en parte consecuencia del movimiento antivacunación. Y a pesar de que el rumor surgió en torno a esta vacuna, los investigadores han demostrado que el miedo se ha extendido al resto. Por lo que hay que tener en cuenta que la vacunación no es una cuestión personal aunque lo parezca, es un problema de salud pública.

   Este otro gráfico publicado por el Journal of the American Medical Association muestra también de forma muy gráfica los beneficios de las vacunas y cómo han conseguido detener el avance de ciertas enfermedades en los Estados Unidos, desde la difteria, a la varicela. ¿De verdad queremos volver a la situación que refleja la segunda columna?

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